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 Bayern Munich venció por 4-0 a Barcelona en el partido de ida de las semifinales de la Liga de Campeones, disputado en el Allianz Arena, y puso un pie y medio en Wembley, donde se disputará la gran final. Solo un milagro en el Camp Nou salvará a los catalanes.

La incógnita sobre la presencia de Lionel Messi en el blaugrana se despejó apenas unas horas antes del encuentro: la Pulga jugó desde el inicio pero se mostró falto de fútbol ante una pegajosa marca alemana.

Thomas Muller abrió el marcador a los 25 minutos, con un cabezazo de pique al suelo, y Mario Gómez –en fuera de juego- amplió la diferencia a los cuatro del complemento. Pero esta no fue la única jugada que levantó protestas, ya que a los 28 Arjen Robben anotó el tercero en una maniobra en la que los visitantes pidieron una falta previa a la definición. La frutilla del postre la puso Muller, quien a ocho del final apareció en el corazón del área para empujar un centro rasante de David Alaba.

Barcelona quedó reducido a una sombra de sí mismo. Del otro lado, Bayern terminó luciéndose ante su propia gente, que ya se imagina una revancha de la final del año pasado, en la que cayó ante Chelsea en su propio estadio.