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Diez años. Ése es el tiempo que Rafael Nadal lleva invicto en el Principado, desde aquella solitaria derrota contra Guillermo Coria, en los cuartos de final del torneo de 2003. No jugó al año siguiente, y a partir de 2005, siempre dejó Mónaco con el trofeo de campeón en su equipaje. Nadal, el hombre que acumula 48 triunfos y apenas una caída en el Masters 1000 de Montecarlo, quiere un nuevo récord: ser el primer jugador en la era abierta en conquistar nueve veces un torneo; por ahora comparte la plusmarca de ocho títulos junto con Guillermo Vilas (en Buenos Aires). En el match decisivo le espera un reto para nada sencillo, acorde a la circunstancia; del otro lado de la red estará Novak Djokovic, el número 1 del mundo, que intentará quebrar el dominio hegemónico del zurdo manacorense, y alzar por primera vez el trofeo mayor del principado; ESPN emitirá la final, desde las 9. 

En las semifinales, Nadal venció por 6-3 y 7-6 (3) a Jo-Wilfried Tsonga; Nole arrasó a Fabio Fognini por 6-2 y 6-1, en sólo 52 minutos. Rafa fue sincero: "No estoy contento de enfrentarme a Djokovic en la final. No soy uno de esos estúpidos que dicen que se sienten felices por jugar contra los mejores. Quiero jugar contra un rival más fácil. Luego, siempre es especial enfrentarte a un jugador como él. Lo importante es que estoy en la final". 

La manera contundente en la que barrió a Fognini hizo olvidar la lesión que Djokovic arrastraba en el tobillo derecho. "Estoy mucho mejor que al comienzo de la semana. Está mejorando, siento menos dolor", contó Nole. Hasta aquí, Nadal y Djokovic disputaron 33 partidos, con ventaja de 19-14 para el español; el último duelo entre ambos fue en la final de Roland Garros 2012, con triunfo de Rafa, pero Nole es, junto con Federer, el único que venció dos veces al zurdo en polvo de ladrillo.