En diálogo con Diez en Deportes, Daniel Vila, presidente de Independiente Rivadavia de Mendoza, no solo celebró la histórica consagración del club en la Copa Argentina, sino que también abrió su corazón al recordar su paso por la ciudad de Santa Fe, donde vivió y estudió durante los años 70: “Vivía al principio pasando las vías, cerca de la Universidad, luego me mudé a la vuelta. Estamos hablando del año 75’, tengo recuerdos imborrables de la Universidad, fui presidente del centro de estudiantes en Mendoza, militaba para el peronismo. Cuando vino el golpe no me vieron bien y me tuve que mudar, llegué a Santa Fe con la obsesión de recibirme y lo logré. Jugué un tiempo en Unión, era marcador de punta”.
El dirigente también se refirió al presente futbolístico y al logro deportivo conseguido por su club. “Estoy a favor de los torneos grandes, de 30 equipos, muestra los valores que hay en el país. Armamos un equipo de Scouting y son ellos los responsables que van mirando, tuvieron varios aciertos de jugadores de la Primera Nacional, el ojo de ellos fue muy certero”.
Sobre Sebastián Villa, una de las figuras más destacadas del plantel campeón, Vila fue contundente: “El Villa que llegó no es el mismo que el del miércoles. Vino con cierto temor, hubo alguna resistencia porque estaba cumpliendo una condena y tenía una causa abierta. Le dije que me diga la verdad, me dijo que era inocente y lo iba a demostrar en la justicia. El club le abrió las puertas y me dijo que iba a ser como el "ave fénix". Y lo demostró, quedó absuelto y libre de cualquier culpa o cargo. El Villa de ahora creo que es mejor que el que vimos en Boca”.
Además, detalló: “Me pidió dos cosas, una ser capitán del equipo y la otra un departamento un poco más grande, lo teníamos en uno medio chico. Es un gran líder, positivo, tanto dentro como afuera de la cancha. Está cómodo en la ciudad, con su novia, que también trabaja en la ciudad, no creo que se vaya muy rápido. Es una gran persona”.
Por otro lado, criticó algunos aspectos de la organización de la final: “La final podría haberse jugado en el Kempes que no quedaba vacío, se jugó en una cancha chica, pero hubo varios inconvenientes. Se debió jugar en una cancha más grande, las entradas debieron venderse de otra manera”.
En el cierre, Vila compartió una reflexión: “Tengo una receta para mi vida que la practiqué siempre, primero a las cosas las sueño, pero las sueño de verdad y trabajo en pos de eso. Soñé en pelear en algo importante y pasó, hay que creerse los sueños, esa fórmula es muy efectiva. Eso sirve para todo, primero hay que armar un grupo humano, de buenos jugadores y no olvidarse de eso, de soñar”.
Y concluyó con una autocrítica sobre su paso anterior por la dirigencia: “Cometí un gran error, arrastré a mi club a una pelea que era mía. Estaba convencido que había mucha corrupción, a los que denuncié después fueron presos. Cometí ese error, arrastrar a mi club a esa discusión. Un día me di cuenta, renuncié y prometí no volver nunca más. Pero un día cometí otro error, volví a la cancha y vi cómo estaba el club, la pasión puede más que cualquier cosa. Nunca más voy a tratar de ser presidente de AFA”.