La semana comienza con preocupación en el mundo Colón, ya que sigue condicionado por las sanciones de la FIFA y, aunque se hicieron gestiones para aliviar el panorama, la realidad indica que hoy no puede incorporar jugadores de cara a la próxima Primera Nacional. Algo menor por el momento, porque recién comenzará a jugar en febrero.
El objetivo de la dirigencia es quedar solo una inhibición. La primera, que surgió por el reclamo de River de Uruguay por demorar la confirmación de los pagos que hizo el Sabalero por el pase de José Neris. En este caso, un monto irresorio por trámites administrativos que no se hicieron en tiempo y forma, y están saldados. Esa sanción debería quedar sin efecto.
Distinto es el caso de Alberto Espínola, que reclama una deuda cercana a los 400.000 dólares. En los últimos días hubo contactos para intentar un acuerdo, pero el futbolista exige cobrar la totalidad del dinero, sin aceptar un plan en cuotas. Por ahora, Colón no tiene liquidez para afrontarlo. ¿Le darán el crédito bancario que tanto se está esperando?
La dirigencia se aferra a los ingresos pendientes de Platense y Racing, por los pases de Leonel Picco y Alan Forneris, respectivamente. Ambos montos, que superan la deuda con Espínola, aún no fueron depositados, lo que complica cualquier negociación inmediata. A todo esto se suma un problema interno que preocupa: el plantel acumula dos meses de atraso en los sueldos, y en pocos días el retraso será de tres.
Con las cuentas al límite y los reclamos acumulándose, en Colón intentan ganar tiempo y oxígeno financiero, mientras esperan que los próximos días traigan alguna buena noticia que permita ordenar el tablero económico y comenzar a planificar el futuro deportivo.