La dirigencia de Independiente explotó luego de que la Conmebol, a través de un fallo, lo eliminara de la Copa Sudamericana, le hiciera pagar una multa de 250.000 dólares, no le permitiera jugar 14 partidos sin público (7 de local y 7 de visitante) y clasificara a la Universidad de Chile a los cuartos de final.
Ante ello, el cuadro de Avellaneda lanzó un fuerte comunicado contra Alejandro Domínguez y la Conmebol al afirmar que la resolución se trató de una "decisión política" y acusaron al mandamás de favorecer a las Sociedades Anónimas Deportivas. Además, exigieron que retiren todas las referencias al Rey de Copas en el museo de la entidad en Luque hasta que termine el mandato del actual presidente paraguayo.
La conducción del club parte de una percepción de injusticia, no tanto por las sanciones en sí, sino por el hecho de que la U. de Chile haya avanzado de fase. Al no tener posibilidad de revertir la situación en lo deportivo, la dirigencia buscará apelar de manera integral al fallo con el objetivo de disminuir las multas económicas, los siete encuentros sin público como local y los otros siete como visitante en competiciones internacionales.
Tras el picante comunicado al presidente de la Conmebol, el pasado viernes por la tarde hubo una reunión entre Néstor Grindetti y Claudio Tapia en el Predio Lionel Andrés Messi de la AFA. Allí, el Chiqui le expresó al mandamás del Rojo de que la postura que tomaron en el comunicado publicado no ayudaría a su planteo y que busca mediar entre el club y la máxima entidad del fútbol sudamericano sería una posibilidad para que todo llegue a buen puerto.
Desde Independiente habrían expresado su malestar por lo sucedido, señalando que en ningún momento sintieron apoyo por parte de la AFA ni del fútbol argentino en general, desde que estalló el escándalo hasta la confirmación de la dura sanción, considerada una de las más estrictas en la historia de la Conmebol.