La realidad de Colón es cruda y dolorosa. Atraviesa una de las campañas más decepcionantes de los últimos tiempos en la Primera Nacional, donde defiende mal, ataca poco y no da señales de reacción. El sueño del ascenso se desmoronó por completo, incluso cuando la matemática todavía da.
El Sabalero es el segundo equipo más goleado del grupo B, con 32. Solo lo supera Defensores Unidos (CADU), que ya recibió 42. El panorama empeora al revisar la tabla general: es el cuarto más vulnerado, superado únicamente por CADU, Arsenal (38) y Racing de Córdoba (34), ambos del otro grupo.
Aún más elocuente es otro dato: Colón tiene más partidos jugados que goles convertidos. En 25 fechas apenas marcó 20, un promedio bajísimo que desnuda su falta de peso ofensivo. La relación entre lo que recibe y lo que genera explica, sin necesidad de profundos análisis, por qué la ilusión de pelear arriba se apagó antes de tiempo.
Lo más alarmante es que, si Colón estuviera en la Zona A, ¡estaría a solo dos puntos del descenso!. Así de fina es la línea que separa al equipo entre la frustración y una posible catástrofe deportiva. Un escenario impensado a comienzos de año, cuando el objetivo era claro: volver rápido a Primera.
Por historia, presupuesto y plantel, Colón debería estar peleando por el ascenso y no arrastrándose en mitad de tabla. Pero los números no mienten y el rendimiento menos.