El duelo entre Colón y Deportivo Morón de la fecha 14 del Grupo B de la Primera Nacional fue suspendido por las intensas lluvias que azotaron Buenos Aires. El mal estado del campo de juego obligó a postergar el encuentro, que por el momento no tiene una nueva fecha confirmada. Mientras tanto, el plantel emprendió el regreso a Santa Fe vía Entre Ríos.
Según pudo saber Diez en Deportes, se maneja la posibilidad de reprogramar el partido para el sábado 7 o domingo 8 de junio. Sería justo en parte del receso. En ese escenario, el Sabalero enfrentaría una seguidilla exigente de compromisos como visitante. Ahora bien, ¿esta postergación beneficia o perjudica al equipo dirigido por Andrés Yllana?
Por un lado, el aplazamiento puede ser una buena noticia. El equipo venía de una serie de partidos intensos y podría permitir recuperar a jugadores con molestias físicas. Además, el tiempo extra podría servir para corregir aspectos que el cuerpo técnico viene observando con atención en este tramo del torneo.
Sin embargo, no todo es positivo. Si el encuentro se reprograma para principios de junio, Colón deberá afrontar una seguidilla de partidos fuera de casa, lo que eleva el nivel de exigencia mental. A eso se suma la incomodidad que generan los constantes viajes y los malos campos de juego, algo que podría afectar el rendimiento del equipo y alterar la planificación inicial.
La postergación puede tener doble filo: le da aire a un plantel que necesita oxigenarse, pero al mismo tiempo altera la logística y el calendario, con posibles consecuencias en el rendimiento. Todo dependerá de cómo Colón gestione estos días sin competencia y, sobre todo, de cómo responda el equipo cuando deba enfrentar la exigente serie de partidos que se avecina.