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"La causa de (juez federal Norberto) Oyarbide es un mamarracho, un absurdo, un apriete, son maniobras estúpidas. Fui dos veces en cana en mi vida, no me arrodillo ante nadie", afirmó Moyano, al referirse a la investigación reactivada por el magistrado.

Oyarbide había aceptado responder el pedido que hizo hace un año la Justicia suiza sobre las causas contra el titular de la CGT, su hijo Pablo, el gremio de Camioneros, y otros familiares, en una investigación iniciada en el país europeo por presunto lavado de dinero.

"No tiene nada que ver con la realidad, no me van a apretar con eso porque no hay ningún exhorto ni vinculación. Si yo tuviera la cola sucia como algunos, me arrastraría como un gusano", graficó Moyano.

Tal como lo habían anticipado en su entorno -su hijo Pablo y el titular de los Judiciales Julio Piumato habían dicho que se "preparen" para las palabras del camionero-, Moyano salió a hablar por primera vez luego de los últimos desencuentros con el Gobierno nacional.

"Es un absurdo de causas que no existen, de cosas que quieren inventar, a lo mejor para que alguien tenga miedo, miedo de reclamar lo que corresponde. Esto es así. Pero nunca voy a dejar de reclamar", amenazó.

E incluso aventuró que la reactivación de la causa en Suiza podría haber surgido de una autorización del Gobierno nacional. "Acá nadie hace una mueca jugando al truco si no se lo autoriza, ¿se entiende lo que digo? Se equivocan, pero no lo van a lograr, no me callé nunca la boca", lanzó.

En tanto, el líder camionero también opinó sobre el discurso de 3:15 horas que la presidente Cristina de Kirchner pronunció en la apertura de la asamblea legislativa del Congreso de la Nación. Calificó como "muy desagradable" el extracto del discurso de apertura de sesiones legislativas que la mandataria dedicó a los maestros.

"Me pareció muy desagradable lo que dijo la Presidenta sobre los maestros. No se puede hablar así de una actividad tan importante para la sociedad, que forma a nuestros niños", señaló el titular de la CGT al recordar las palabras en las que la Presidente dijo que los docentes trabajaban cuatro horas diarias y tenían tres meses de vacaciones.

Moyano agregó que esa actitud le recordó al "menemismo y a épocas donde no querían reconocer los derechos legítimos de los trabajadores". Y concluyó: "Querían denostar de que todo lo que se reclama no es justo, y lo que tantas veces se ha criticado desde el Gobierno, sobre lo que se hacía anteriormente, hoy lo están haciendo ellos".