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Jueves 23 de Febrero de 2012 - 09:45 hs

Intelectuales pidieron un cambio en la política de Malvinas

En el documento "Una visión alternativa", intelectuales y periodistas argentinos afirmaron que
se deben "ofrecer instancias de diálogo real con los malvinenses", al tiempo que consideraron que el principio "Las Malvinas son argentinas" es una "afirmación obsesiva".

"Es necesario poner fin hoy a la contradictoria exigencia del gobierno argentino de abrir una negociación bilateral que incluya el tema de la soberanía al mismo tiempo que se anuncia que la soberanía argentina es innegociable, y ofrecer instancias de diálogo real con los británicos y –en especial- con los malvinenses, con agenda abierta y ámbito regional", resaltaron los firmantes del documento, que se dio a conocer hoy.

Según destacaron los referentes de la cultura y el periodismo, que plantearon su postura alejada de la oficial, "en honor de los tratados de derechos humanos incorporados a la Constitución de nuestro país en 1994, los habitantes de Malvinas deben ser reconocidos como sujeto de derecho".

"Respetar su modo de vida implica abdicar de la intención de imponerles una soberanía, una ciudadanía y un gobierno que no desean", afirmaron intelectuales y periodistas.

En ese sentido, recalcaron: "La afirmación obsesiva del principio Las Malvinas son argentinas y la ignorancia o desprecio del avasallamiento que éste supone debilitan el reclamo justo y pacífico de retirada del Reino Unido y su base militar, y hacen imposible avanzar hacia una gestión de los recursos naturales negociada entre argentinos e isleños".

El documento, que antes de ser presentado en sociedad ya había generado polémica entre oficialistas y opositores, fue firmado por Emilio de Ípola, Pepe Eliaschev, Rafael Filippelli, Roberto Gargarella, Fernando Iglesias, Santiago Kovadloff, Jorge Lanata, Gustavo Noriega, Marcos Novaro, José Miguel Onaindia, Vicente Palermo, Eduardo Antin (Quintín), Luis Alberto Romero, Hilda Sabato, Daniel Sabsay, Beatriz Sarlo y Juan José Sebreli.

Para los adherentes, a tres décadas de "la trágica aventura militar de 1982" se carece "aún de una crítica pública del apoyo social que acompañó a la guerra de Malvinas y movilizó a casi todos los sectores de la sociedad argentina".

"Entre los motivos de aquel respaldo no fue menor la adhesión a la causa-Malvinas, que proclama que las Islas son un territorio irredento`, hace de su ' recuperación` una cuestión de identidad y la coloca al tope de nuestras prioridades nacionales y de la agenda internacional del país", aseguraron.

Los intelectuales sostuvieron que "un análisis mínimamente objetivo demuestra la brecha que existe entre la enormidad de estos actos y la importancia real de la cuestión-Malvinas, así como su escasa relación con los grandes problemas políticos, sociales y económicos que nos aquejan".

"Sin embargo, un clima de agitación nacionalista impulsado otra vez por ambos gobiernos parece afectar a gran parte de nuestros dirigentes, oficialistas y de la oposición, quienes se exhiben orgullosos de lo que califican de "política de Estado". Creemos que es hora de examinar a fondo esa política a partir de una convicción: la opinión pública argentina está madura para una estrategia que concilie los intereses nacionales legítimos con el
principio de autodeterminación sobre el que ha sido fundado este país", enfatizaron.

A la vez, consideraron que "una revisión crítica de la guerra de Malvinas debe incluir tanto el examen del vínculo entre nuestra sociedad y sus víctimas directas, los conscriptos combatientes, como la admisión de lo injustificable del uso de la fuerza en 1982 y la comprensión de que esa decisión y la derrota que la siguió tienen inevitables consecuencias de largo plazo".

A modo de conclusión, los referentes de un sector de la cultura afirmaron que el país necesita "superar la agitación de la causa Malvinas y elaborar una visión alternativa que deje atrás el conflicto y aporte soluciones".

"Los principales problemas nacionales y nuestras peores tragedias no han sido causados por la pérdida de territorios ni la escasez de recursos naturales, sino por nuestra falta de respeto a la vida, los derechos humanos, las instituciones democráticas y los valores fundacionales de la República Argentina, como la libertad, la igualdad y la autodeterminación", subrayaron.

El documento finalizó: "Ojalá que el 2 de abril y el año 2012 no den lugar a la habitual escalada de declamaciones patrioteras sino que sirvan para que los argentinos -gobernantes, dirigentes y ciudadanos- reflexionemos juntos y sin prejuicios sobre la
relación entre nuestros propios errores y los fracasos de nuestro país".

Fuente: na