Robert Reeves, de 78 años, pasa la mayoría de los días descansando junto a la piscina, tomando el sol del desierto con sus amigos y vecinos. Los cuatro hablan de sus novedades —recuperación de una reciente operación correctiva del pie, algunos problemas de inflamación crónica— y graban videos para las redes sociales, donde, como los Old Gays, han acumulado millones de seguidores.
En una tarde calurosa de este mes, Jessay Martin, de 68 años, fue al otro lado de la calle para tener su conversación habitual junto a la piscina, parando para tomar una bebida Bud Light Seltzer Pineapple del refrigerador de camino al patio. Ahí, se sentó en un sillón acolchonado junto a una escultura de hombre de madera bien dotado y se frotó bloqueador solar en la calva mientras el grupo discutía el concepto de video del día: una transformación de atuendo acompañada de la canción “First Class” del rapero Jack Harlow.
No fue como el primer video drag que hicieron, comentó Bill Lyons, de 78 años, mientras daba un sorbo a su Ensure de chocolate con leche. Levantó las cejas y luego dijo en un susurro escénico: “Bob no llevaba ropa interior”.
“Ay, no”, dijo Mick Peterson, de 66 años, en voz baja.
Martin se rio y agregó: “¡Bueno, llevaba una falda completa!”. Reeves, el Bob en cuestión, abrió los ojos y se hizo el inocente, mirando las sombras de las palmeras que brillaban en su piscina cerúlea.
Ya se les estaba haciendo tarde a los Old Gays. Todavía tenían que aprender un baile y filmar una toma utilizable antes del concierto de Martin en el que presentaría canciones de Tina Turner esa noche. “Mi música es todo lo que siempre he querido hacer, pero estos videos son como un gran postre en mi vida”, aseguró. “Vivo para ellos, de verdad”.
La mayoría de los influencer de TikTok que viven en las llamadas casas de colaboración —mansiones donde graban contenido juntos— apenas tienen edad para firmar legalmente un contrato de alquiler. Pero los Old Gays y sus compañeros “grandfluencers” son la prueba de que grabar videos virales bajo un mismo techo no es exclusivo de los jóvenes. Y aunque estos influencers de la tercera edad actúan para la cámara, también comparten una nueva visión de lo que significa vivir con sentido a una edad más avanzada.