El domingo por la tarde, un niño de siete años fue mordido por una víbora yarará mientras estaba con su papá en un parador de la costanera oeste frente al Parque de la Locomotora. El menor fue rápidamente auxiliado por su papá y dos enfermeras y una trabajadora del 107 que se encontraba en el lugar.
Sobre cómo actuar ante estos eventos Mariana Maglianese, responsable de Control de Vectores de la Región Santa Fe del Ministerio de Salud aseguró que "lo primero es saber los tiempos que uno puede manejar".
"Las mordeduras de víboras que pueden ser yarará, coral y cascabel, tenemos un margen de aproximadamente seis horas para actuar, en caso de necesitar aplicar el anti veneno. Pero mientras más rápido es menor el daño del veneno cuando pasa por sangre, ya que va haciendo un efecto coagulante donde destruye glóbulos rojos y provoca sangrados" detalló.
También explicó que no todos los centros médicos tienen los sueros anti venenos ya que existe una lógica en la distribución de los mismos.
Sobre el manejo de los pacientes, sostuvo que "el mismo suero aplicando en dosis inadecuadas, puede producir un shock anafiláctico, por esos las instituciones tiene que tener un sostén de atención para sacar a un paciente de ese shock".
Sobre el accionar de las enfermeras, destacó que fue el correcto y derribó algunos mitos que se parecen más a prácticas de películas: "lo que dijeron las enfermeras está bien, no hay que quemar, cortar, chupar ni poner barro, porque son acciones que pueden ser contradictorias, porque el veneno circula rápidamente".
También resaltó que el miembro donde se produjo la mordedura, tiene que estar más bajo que el corazón para que circule más lento el veneno, y que la aplicación de hielo es buena ya que "es des inflamatorio y genera alivio".