Independiente (Oliva) (31) sigue de racha. Juega bien, tiene una identidad, nadie descolla pero todos aportan. Lo sufrió Colón (17,5), al que doblegó 74/63 en el Roque Otrino.
Con Joaquín Noblega (MVP del Súper 8) manejando los ritmos, Fernando Martina (casi 41 años) dando cátedra en la pintura, la mano caliente de Pautasso y el aporte del resto.
Colón en un par de ocasiones (primer cuarto y tercero) estuvo más en juego en el lumínico que en lo estrictamente basquetbolístico. Al equipo le cuesta hilvanar tres acciones positivas, lo mental a esta altura influye mucho (9 derrotas al hilo), más allá de los escollos que deben sortear (Covid-19 más lesiones).
Lo del Sabalero antes de ir a Santiago del Estero era una cosa (5-2) y después se desmoronó (2-12). Metió un cambio táctico (Eseverri por Aranda), uno por lesión (Cosolito por Marín), pero no hay forma de salir de ese bache en el que están sumergidos los de Ricardo De Cecco.
Independiente (récord 24-2) comienza a ser cosa seria. Porque cada uno entiende el rol, porque la amplitud de herramientas le da a Martín González la chance de que hasta los más jóvenes (Ramallo dos triples decisivos) tengan esa confianza que le genere triunfos a los cordobeses.
Los regresos de Ríos y Marín (jugarían el viernes con Jáchal) son la última chance del equipo santafesino para empezar a acomodar una campaña que prometía ser importante y se está diluyendo en la intrascendencia.