"El gatillo no fue apretado. Yo no apreté el gatillo", respondió Baldwin, quien agregó: "Incluso ahora me cuesta creerlo. No parece real para mí".
En el mismo anticipo de la entrevista a ABC News, Baldwin también afirma que "no tiene idea" de cómo llegó una bala real al set de filmación. "Alguien puso una bala real en un arma. Una bala que ni siquiera se suponía que debía estar allí porque formaba parte del material de utilería", aseguró.
En conversación con el programa Good Morning America, Stephanopoulos reveló que la entrevista con Baldwin, grabada en la tarde del martes 31 de noviembre, fue "la más intensa" que hizo en su extensa carrera televisiva.
"Como pueden imaginarse, Baldwin está devastado. Pero también fue muy sincero, muy comunicativo, respondió todas las preguntas. Habló sobre Halyna Hutchins, repasó en detalle todo lo que sucedió en el set ese día. Me sorprendió en muchos aspectos a lo largo de la hora y 20 minutos que compartimos el día anterior", describió.
La defensa de Baldwin
El actor contrató a Aaron S. Dyer, un abogado que trabajó durante siete años en la Fiscalía General de Los Ángeles para representarlo en las demandas civiles por el tiroteo en el que mató a la directora de fotografía. Además de asumir la defensa de Baldwin, Dyer también representa a la producción del western de bajo presupuesto.
Serge Svetnoy, jefe de iluminación de la película, presentó hace dos semanas una denuncia por "negligencia" contra el actor, la producción y Hannah Gutierrez-Reed, la armera de 24 años responsable por las pistolas utilizadas durante el rodaje de la película.
Una semana después, Mamie Mitchell, guionista de la película, introdujo otra querella. Mitchell dijo sufrir "angustia emocional" y otras perturbaciones por el daño "causado intencionalmente" por la producción. Halls y Gutierrez-Reed también son objeto de esta demanda.