Un 10 de septiembre de 1990 se encontró el cuerpo de María Soledad Morales, joven de 187 años catamarqueña que había sido violada y asesinada por los hijos del poder en aquella provincia feudal que regenteaban el clan peronista de los Saadi.
Aquel femicidio marcó un antes y un después en el país y gracias al compromiso de un pueblo (una monja, sus compañeras y una familia principalmente) se logró la condena de dos de los asesinos y como consecuencia, se desmoronó aquel feudo político.
Ada Morales, mamá de María Soledad, sostuvo por LT10 que “nosotros tuvimos justicia a media porque sólo se condenó a dos de los asesinos. Todos sabemos que de la violación y el crimen participaron muchas más personas y muchos encubridores. Toda esta parte quedó impune”.
Además, Ada Morales señaló que por estos días Tula y Luque caminan libremente por Catamarca, como si no hubieran hecho nada y su familia sufre cuando se los cruzan por las calles.
Consultado sobre si este crimen sigue vivo en Catamarca, Ada Morales recordó que “ellos nos acusaron de haber dividido a la sociedad. Ellos siguen pensando que nosotros queríamos voltear a un gobierno y no fue así. Ellos cayeron solo por haber encubierto un crimen aberrante. Otra parte de la sociedad recuerda la lucha (las 82 marchas de silencio) que logró el esclarecimiento del caso”.
Finalmente, Ada Morales le pidió a los jóvenes catamerqueños y del país que tomen como ejemplo a las compañeras de María Soledad que vencieron el miedo y salieron a pedir justicia, cuando esto era muy peligroso.