Con la llegada del invierno y la ola polar que afecta al país, la gente busca calefaccionar los ambientes con estufas y calefactores a gas.
Los descuidos y un mal mantenimiento de estos artefactos pueden provocar fatales accidentes por inhalación de monóxido de carbono.
Claudio Arias, jefe de la agrupación de la Agrupación de Bomberos Zapadores explicó por LT10 que “el monóxido de carbono es un gas que no tiene olor, ni color, pero es muy venenoso y por la ingesta se puede llegar hasta la muerte”.
Este peligroso gas se produce por un “combustión incompleta o una mala combustión” y ante la ingesta del monóxido de carbono una persona puede sentir dolor de cabeza, mareos, debilidad, nauseas y vómitos.
No obstante, Arias indicó que las situaciones más graves y hasta mortales ocurren cuando la persona está dormida y no se da cuenta de la inhalación del gas.
Cómo evitar intoxicaciones con monóxido de carbono
Lo primero es controlar una vez al año los artefactos a gas y eso debe hacerlo un gasista matriculado.
Además, en el uso cotidiano se debe hacer un seguimiento de estos aparatos y su funcionamiento. Por ejemplo, en las hornallas y quemadores la llama siempre debe estar azul, no tiene que tener una coloración amarilla ni anaranjada “porque eso es síntoma de que es una combustión incompleta y que hay monóxido de carbono” señaló. Otro signo es la aparición de manchas o pigmentaciones en las paredes.
Por otro lado, en cuanto a la calefacción con leña, como el uso de salamandras y hogares a leña, lo principal es apagarlos cuando uno se va a dormir o cuando el ambiente alcanzó una temperatura adecuada.
Igualmente, mientras están encendidos dejar una pequeña ventilación para que no se acumule el monóxido de carbono.
