Campeones del Mundo 1986.
En su primer hogar, Argentinos Juniors (1980).
En Napoli fue, es y será el ídolo absoluto.
Con la celeste y blanca que tanto quiso, como jugador y como entrenador.
El mejor gol de la historia, con el arquero Shilton rendido a sus pies.
Le bastaron apenas 8 partidos para entrar en la historia de Newell´s.
Con Dalma y Gianinna, cuando volvió a Boca en 1996.
Con sus hijas, el día del adiós: "La pelota no se mancha".
Feliz, cuando asumió para dirigir al Lobo platense. Con esa sonrisa queremos recordarlo.