Esta cifra se desprende de un relevamiento que compara los números actuales con los del mismo periodo del año pasado.
Desde el inicio de la pandemia, las restricciones de movimiento y traslado causaron una complicación colateral, que es la muerte por complicaciones en otras enfermedades que no tienen que ver con el coronavirus.
En el caso de las enfermedades cardiológicas, el doctor Diego Grinfeld, presidente del Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas advierte que hubo una gran caída de las consultas por infartos en el país: “6 de cada 10 personas cursaron sus infartos en la casa”.
Si bien esta situación fue revirtiéndose con el correr de los meses, “la consulta es muy tardía, la gente se queda aguantando en su casa, y esto generó un aumento en la mortalidad. Mientras más tarda, mayores son las complicaciones, entre ellas la mortalidad”.
En cifras, la mortalidad de infartos tratados estaba cerca del 5%, y ahora la misma en el 11%. Mientras que los infartos no tratados, tienen una mortalidad de un 50% .
“Cuando el tiempo va a pasando, disminuye la posibilidad de hacer un tratamiento efectivo” asegura el especialista que insiste en que la gente no se quede en sus casa y vaya a consultar ante el primer síntoma.