Cuando Lewis Hamilton cruzó la línea para ganar el Gran Premio de Eifel, igualó un récord que muchos habían pensado que nunca sería igualado: la cuenta de Michael Schumacher de 91 victorias en la Fórmula 1. Y después de la carrera, el actual Campeón del Mundo rindió homenaje a la ex estrella de Ferrari, diciendo que se sentía "honrado" por haber empatado con él en victorias en la máxima categoría del automovilismo.
"No está hundido, eso es seguro", dijo Hamilton después de ganar la carrera en Nurburgring por poco más de cuatro segundos con Max Verstappen segundo. El piloto de Mercedes es, por supuesto, también un gran admirador de Ayrton Senna, y comenzó diciendo que seguir los pasos del brasileño era su primer objetivo cuando comenzó su carrera.
"Como todos nosotros, crecí viendo a Michael ganar todos esos Grandes Premios y ni siquiera podría haber imaginado igualarlo", explicó. “Llegar a la Fórmula 1 fue el primer paso del sueño y emular a Ayrton.
“Michael estaba tan por delante, está más allá de mis sueños más locos pensar que estoy aquí hoy habiéndolo igualado y me siento realmente honrado por el momento y la oportunidad que me dieron cuando tenía 13 años ... y me siento realmente orgulloso de seguir representando y haber traído este récord a Mercedes
"Creo que, con suerte, tenemos más récords que batir y hacer, pero ojalá sepan que fue una buena inversión, con suerte", agregó. Ahora que va camino de igualar otro récord de Schumacher y de hacerse con su séptimo título de campeonato mundial, Hamilton destacó lo difícil que es ganar a este nivel y mantenerse en la cima, temporada tras temporada. "Naturalmente, todo el mundo sabe que él [Schumacher] es un ícono y una leyenda del deporte", dijo. "Creo que lo que logró en tantas áreas, pero sabes empujar los límites en términos del lado físico, realmente fue un pionero en ser el piloto más apto en ese momento y lo que hizo en Ferrari ... fue simplemente extraordinario.
y siempre será, una leyenda.
"Me siento honrado y humilde de tener su casco", concluyó Hamilton, después de recibir un casco Michael Schumacher 2012 desgastado por la carrera de manos del hijo del siete veces campeón, Mick, en un momento emotivo en Nurburgring.