Después de presionar y buscar por la vía leal su salida de Barcelona, Lionel Messi decidió por quedarse. En realidad, sus intenciones eran la de encontrar nuevos horizontes, pese a la explosión mediática que causó. Sin embargo, el club se aferró al contrato y por eso el jugador se dio cuenta que podría afrontar importantes sanciones que le darían un golpe fulminante a su carrera.
En diálogo con LT10, Mariano Bambaci, abogado especialista en Derecho Deportivo Internacional y director de la cátedra Libre de Derecho Deportivo de la Universidad Nacional de La Plata, dio detalles de cómo era el escenario: "Era una de las variantes que se barajaba; que Messi pudiera forzar la salida. Se intentó mediante una negociación que no tuvo éxito, ya que había que pagar la alta cláusula de rescisión. También estaba el riesgo de llegar a un juicio en la FIFA por una importante cifra y eso es lo que intentaron evitarse".
"Los reglamentos que determinan es la solidaridad del nuevo club que contrataría a un jugador que incumple un vínculo anterior, siempre que se lo encuentre culpable. Todos detalles que se tuvieron en cuenta para que la cosa no pase a mayores", agregó el facultativo.
"Cuando la letra clara de la ley no alcanza para ofrecer una solución, está la posibilidad de interpretar la cláusula. En esto estaba para mí la mayor fuerza en la postura de Messi, de decir que, si bien esta cláusula establecía un plazo determinado, el asterisco indicaba que estaba la posibilidad de estirar la fecha. Entonces, Messi siguió el espíritu de la cláusula una vez que terminó la Champions, porque se había ganado ese derecho. Creo que pudo tener cierto éxito, pero es más que nada una hipótesis. Pero el riesgo también estaba", apuntó.