La pandemia de coronavirus y el aislamiento social no frena a los amigos de lo ajeno.
Esta vez, la víctima fue el dueño de un corralón del norte de la ciudad ubicado en Peñaloza al 7300 que cansado de los robos decidió cerrarlo.
Este fin de semana le hicieron un boquete en una de las paredes y se llevaron cerámicas, pegamentos, una hidrolavadora y una cortadora de pasto.
“No es la primera vez que me roban. Ya estoy cansado. Este robo me significó unos 25 mil pesos. Tengo cámaras, alarmas, barreras pero nada los frena. Yo tenía un local de venta al público y lo tuve que cerrar por los asaltos hace unos meses. Ahora voy a cerrar este depósito”, remarcó Juan Umberto Marelli.