Es muy interesante ver cómo de difundió al información de los infectados en los países democráticos y lo que ocurrió en los regímenes cerrados donde la información está bajo el control del Estado, como China, Irán o Corea del Norte.
Corea del Norte, que según los expertos tiene una infraestructura médica terrorífica, comparte una frontera porosa de casi 1450 km con China, lugar en que la enfermedad se originó, y a partir del cual se expandió al resto del mundo.
El gobierno de Corea del Norte ha venido considerando desde hace mucho tiempo que los informes sobre enfermedades contagiosas —o, mejor dicho, cualquier cosa que pueda dañar a la elite gobernante— son secreto de estado.
Esto ha despertado temores de que Corea del Norte, que dice no tener ningún caso de coronavirus, podría estar muy poco preparada para el impacto de un virus que ya ha puesto a prueba a países más desarrollados en todo el mundo. Es posible incluso que la enfermedad ya esté explotando dentro de sus fronteras.
Por su parte, Irán tiene una realción comercial muy intensa con China pero sin fronteras físicas en común. De todas maneras, era lógico que la enfermedad iba a llegar pronto. El régimen demoró todo lo que pudo la información sobre los contagiados que tenía hasta que comenzó a enfermar a la cúpula gubernamental y la situaicón comenzó a conocerse. Hubo médicos que denunciaron que fueron obligados a mentir en lso certificados de defunción y fueron amenzadas para no hablar sobre el tema.