Vivir en barrio San Lorenzo se ha convertido en un verdadero calvario para los vecinos. La lluvia de balas que ayer se desató en el sudoeste de la ciudad de Santa Fe intensificó el temor de sus habitantes, que ven en las últimas semanas el recrudecimiento de la violencia.
El fin de semana, dos personas debieron ser hospitalizadas tras ser heridas de bala. Una de ellas recibió un disparo en el pecho y permanece luchando por su vida en la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital José María Cullen.
Este martes, las balas no cesaron durante gran parte de la jornada: los tiroteos comenzaron minutos antes de las 15 y recién el silencio llegó luego de las 20. En el medio, un hombre fue herido a balazos y terminó siendo derivado al Cullen.
Los proyectiles provocaron el temor de los vecinos a punto tal que pasajeros de un colectivo se bajaron dos cuadras antes para evitar pasar por la zona “de guerra” y otros escaparon a esconderse en un templo evangélico por temor a ser alcanzados por los tiros.
Todos comentaron el feroz tiroteo en mensajes de Whatsapp y en redes sociales, donde se reúnen en forma virtual para contar sus penurias ante la inseguridad que deben enfrentar todos los días.
Algunas versiones dan cuenta del posible retorno de la llamada “Banda del Pasillo”, aquella gavilla que mantuvo en vilo a todos los vecinos durante años.
“No lo puedo decir porque desconozco las caras y las personas. Los vecinos no saben y si lo saben tienen miedo a represalias”, admitió Gisela Martínez Galeano, presidenta de la Vecinal de barrio San Lorenzo. Por LT10, la mujer confirmó que en las próximas horas habrá una reunión con autoridades policiales para evaluar la situación.
Aterrador
“Ayer fue aterrador; empezó a las 3 menos cuarto de la tarde, eran las 8 y seguían”, relató Martínez Galeano sobre lo sucedido.
Calificó de “lamentables” los hechos que preocupan a los vecinos de San Lorenzo, Arenales y Chalet y continuó: “Gente en colectivo pudo bajarse dos cuadras antes, otros escaparon y se metieron en una iglesia evangélica, andan en moto tirando tiros”.
Para la vecinalista, “el perjudicado es el ciudadano común y corriente que sale a trabajar, estudiar o hacer un deporte”.
Es por eso que decidieron reunirse y convocar a la cúpula policial. “Necesitamos respuestas en la ciudad”, explicó.
Además reconoció que la zona se puso “más conflictiva y ardiente en la última semana”.
Ausencia policial
No descartó que, en parte, esté dado por la ausencia de la Policía de Acción Táctica (PAT) que -denunció- “hace bastante tiempo se retiró del barrio”.
“Se retiraron y cambió la situación. La zona volvió a ser conflictiva nuevamente”, aseguró.
“La gente llama al 911 y no pueden tener soluciones, la policía llega después, cuando ya pasó todo. Salen nuestros chicos a jugar, salimos a trabajar o hacer un mandado y no sabemos si volvemos sanos y salvos”, finalizó.