Chuck Norris es un hombre invencible dentro de la pantalla y fuera de ella. El hombre de 79 años se supo enfrentar a los soviéticos, al Vietcong, a la mafia, a los nazis, a la corrupción policial, a los asesinos en serie, a mercenarios, a terroristas de distintas nacionalidades. Pero ahora lucha con un enemigo más fuerte: la enfermedad de su esposa, Gena O’Kelly.
Su esposa, desde 1998 y madre de dos de sus hijos (Dakota Alan y Danilee Kelly), padece artitris y su cuadro empeoró luego de someterse a una resonancia magnética con contraste. El gadolinio, un compuesto químico muy común en los materiales de contraste pero muy tóxico, que “le dañó, según sus médicos, el sistema nervioso y renal. Siente el cuerpo ardiendo, y debe estar en reposo varios meses“, indicó el héroe de Walker, Ranger de Texas.
“Dejo todo. De ahora en adelante no haré más que mantener viva a Gena. Quiero que siga en el mundo, junto a mí y a nuestros hijos. Mi amor por ella es más fuerte que mi carrera, el dinero, cualquier otra cosa. Está enferma, sufre, y yo seré su custodio y su consuelo…“, explicó Chuck Norris, indicando que deja la actuación para cuidar al amor de su vida.
El héroe de las artes marciales es conocido por vencer todo fuera y dentro de la pantalla. Hace unos años, el actor sufrió dos infartos al volver de un espectáculos de artes marciales y pudo sobrevivir y sobreponerse a esa situación.
El actor y campeón en artes marciales sufrió dos infartos dos años antes de alejarse de Hollywood
“Hace dos años, al volver de un espectáculo de artes marciales en Las Vegas, mi corazón se paró dos veces. ¡Dos infartos! Los médicos me dijeron que el noventa por ciento de los hombres con el mismo cuadro habrían muerto. Tal vez fue una señal del Cielo: no debía morir, porque Gena me necesitaba“, reflexionó Chuck Norris.
Desde ese entonces, dejó de lado la actuación para poder cuidar a su esposa, muy aquejada por los síntomas de la artritis. Desde su rancho de Texas y lejos de las luces de Hollywood, Chuck Norris lucha contra otro enemigo, que no entiende de artes marciales: los dolores articulares de Gena, las mejoras y las caídas de su salud. Y además, está en medio de una batalla legal contra los fabricantes del gadolinium, a los que le reclama 10 millones de dólares y lleva gastado más de 2 millones en tratamientos.
“He abandonado mi carrera cinematográfica para dedicar mi vida entera a mantener viva a Gena. Eso es lo más importante, que ella continúe con nosotros y que lo que le ha ocurrido no lo sufra nadie más”, explicó Chuck Norris, el hombre que dejó las luces y las cámaras por su gran amor.