Rodeado de los ríos Paraná y Salado, para la ciudad de Santa Fe y la Región la altura de los mismos nunca es un dato menor. Más acostumbrados a las crecientes que traen mucha preocupación, las bajantes no dejan de ser menos importantes.
Lo cierto es que aquellos que pueden observar por estos días el Salado se encuentran con un paisaje poco usual para la zona. El caudal del río es tan escaso que llama la atención.
Según los registros hidrométricos del CIM (Centro de Informaciones Meteorológicas) este lunes 19 de agosto el Salado tiene una altura de 2,93 metros. Si bien la bajante histórica se dio el año pasado, cuando el 27 de septiembre el nivel del río se ubicó en 1,86 metros, ahora pueden observarse de igual manera metros de arena y mucha playa en la costa santotomesina.
Sobre la bajante del año pasado (2018) Miguel Lovino, investigador del Centro de Estudios de Variabilidad y Cambio Climático de la FICH, explicó que no implican una ausencia de agua, sino una disminución en el volumen por las menores lluvias.
Cuando esto sucede en un sistema ribereño es totalmente diferente en el valle de inundación del Salado, y agregó que cuando sucede los efectos son dramáticos porque desaparece el agua y mueren muchos animales y peces".