Espectáculos - PARA RECORDARLA

Sábado 15 de Junio de 2019 - 19:36 hs

Videos: los divertidos momentos de Beatriz Salomón con Olmedo

En la década del ´80 integró el grupo de mujeres que rodearon al capocómico. De esta manera comenzó su verdadera carrera en el mundo del espectáculo.

Actualizado: Sábado 15 de Junio de 2019 - 19:43 hs

La actriz Beatriz Salomón murió esta tarde como consecuencia del cáncer de colon que sufría y por el cual había ingresado en estado de coma, mientras se encontraba internada en el Hospital Fernández.

La actriz había sufrido una recaída en el tratamiento por el cáncer de colon que realizaba y en las últimas horas su estado de salud empeoró, por lo que en las redes sociales sus allegados armaron una cadena de oración para pedir por su recuperación.

Salomón, de 65 años, había sido internada unos diez días atrás en el Hospital Fernández, de la Ciudad de Buenos Aires, tras haber sufrido una recaída de la enfermedad que padece desde hace más de un año.

Por tal motivo, en las últimas horas, varias figuras del espectáculo escribieron en las redes sociales sus oraciones por la salud de la actriz.

Su historia

Nació en San Juan el 9 de octubre de 1953. De muy joven se radicó en Buenos Aires, luego de haber trabajado como bancaria en su provincia natal, para desarrollar su carrera como modelo.

En 1971 ganó el concurso Miss San Juan, y luego fue pre candidata a Miss Universo por Argentina. En ese certamen obtuvo la mención especial de Miss Simpatía. En 1974 fue Virreina de la Fiesta Nacional del Sol, desarrollada en su terruño natal. Su belleza era exótica y atrayente, atributos que, junto con su simpatía y carisma, fueron las grandes herramientas que le permitieron ingresar al mundo del espectáculo.

En la década del ´80 integró el grupo de atractivas mujeres que rodearon al capocómico Alberto Olmedo . Allí comenzó su verdadera carrera en el mundo del espectáculo. Junto a Silvia Pérez, Susana Romero y Adriana Brodsky, ganó popularidad y fortuna acompañando al actor en televisión, teatro y cine. Su personaje de secretaría del Manosanta, interpretado por Olmedo en el ciclo televisivo No toca botón, fue el personaje por el que siempre será recordada . Además, junto a Olmedo, filmó películas como El manosanta está cargado y protagonizó sucesos teatrales como Éramos tan pobres, con récord de recaudación de boletería en el Teatro Tronador de Mar del Plata.

Las revistas eróticas del momento no se privaron de tenerla sin ropas en sus portadas que adelantaban producciones especiales donde mostraba todos sus encantos para un público ávido de este tipo de materiales. Paradójicamente, a pesar de ser una bomba sexy, fue muy seguida por mujeres y niños. "Comencé mostrando mi cuerpo, pero rápidamente la gente compró mi simpatía", dijo alguna vez.

Cuando el 5 de marzo de 1988 Alberto Olmedo murió, luego de caer de un edificio Maral frente a la playa Varese de Mar del Plata, la desazón comenzó a adueñarse de su carrera. Hugo y Gerardo Sofovich , Guillermo Francella , Jorge Porcel, Jorge Corona y Tristán la convocaron para integrar los elencos de sus programas de televisión y espectáculos teatrales. Beatriz Salomón siempre participó de propuestas taquilleras. El éxito fue denominador común de su profesión hasta que, luego del fallecimiento de Alberto Olmedo, y con el paso de los años, las ofertas laborales comenzaron a mermar.

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En el plano personal, contrajo enlace con el médico Alberto Ferriols. Juntos adoptaron a Bettina y Noelia, los verdaderos motores afectivos que impulsaron a Salomón a luchar por su vida hasta el final. El cuadro familiar era idílico. Ferriols es un cirujano plástico reconocido y con una gran vocación solidaria que lo lleva a operar a niños de bajos recursos en las provincias argentinas sin percibir remuneración alguna.

En 2004, una investigación del programa Punto. Doc, realizada con la técnica de la cámara oculta, significó el comienzo de su derrota personal. En dicho informe se veía al marido de Salomón y a una chica trans dando a entrever el vínculo que podría haber tenido, en ese entonces, él con la paciente.

Llegó la separación y un cambio de vida radical para la actriz. Ya sin Alberto Olmedo protegiéndola en la faz laboral y con un matrimonio derrumbado en medio del escarnio público, Salomón ingresó en un cono de sombra. Protagonizó algunas comedias de escasa producción y algún espectáculo de revista sin los brillos de la época de oro del género. Con los años, las ofertas laborales ya no eran frecuentes.

La ex vedette tuvo que afrontar sola la crianza de sus hijas en el departamento duplex que habitaba en la calle Pacheco de Melo. Fue una gran madre. Le costaba llegar a fin de mes. Su vínculo con su ex marido era nulo, más allá de los formalismos en torno a la cuota alimentaria que él le pasaba mensualmente. Con la doctora Ana Rosenfeld al frente de la demanda, Salomón inició acciones legales contra quienes produjeron y difundieron aquel video protagonizado por su marido y que significó su debacle personal y artística.

Fue el director José María Muscari quien, en los últimos años, le permitió volver a vivir las mieles del éxito cuando la convocó para participar de la obra Extinguidas junto a colegas de su generación como Patricia Dal, Naanim Timoyko, Noemí Alan, Adriana Aguirre, Silvia Peyrou, Luisa Albinoni y Sandra Smith. Este trabajo le permitió saldar algunas deudas y volver a gozar del cariño del público.

Con la partida de Beatriz Salomón, el mundo del espectáculo pierde a uno de sus íconos eróticos, fiel exponente de una época. Se fue una comediante que no tuvo suerte en este rol que desarrollaba con solvencia. Su paso por los espectáculos de Alberto Olmedo le dieron fama y fortuna, pero, en cierta medida, le impidieron desarrollarse con el mismo suceso y repercusión junto a otros colegas.

El sino trágico del cómico parece haberse hecho carne en ella. Murió junto a sus hijas, con problemas económicos y una carrera que le fue algo ingrata a pesar de haber alcanzado el éxito con mayúsculas. Su separación matrimonial la marcó a fuego. Pero fue, sobre todo, la humillación pública de sentirse vulnerada en su privacidad lo que la sumió en una profunda tristeza de la cual jamás pudo salir.

El cuerpo le pasó factura. Su último año de vida fue extremadamente duro. Angustiante. En los últimos meses volvió a entablar diálogo con su ex, quizás intuyendo que pronto dejaría a sus hijas y, quizás, la imagen de un padre más presente le daba tranquilidad para poder partir. Se fue la Turca. La que lo tuvo todo. Y lo perdió.

 

 

Fuente: LT10/LA NACIÓN