Los restos mortales del periodista Sergio Gendler fueron inhumados este viernes en el Cementerio Israelita de la AMIA, ubicado en el partido bonaerense de La Matanza. El cortejo fúnebre llegó pasadas las 11:00 al sector nuevo de esa necrópolis, enclavada en la localidad de La Tablada.
No cesaron las muestras de profundo dolor que se habían observado la víspera en la sala velatoria de la AMIA, en Villa Crespo. El ataúd descansa al lado de la tumba de su padre, Félix Gendler, otro periodista que, como él, pasó por la agencia NA y TN/Canal 13.
Tanto este jueves como hoy se pudo ver en la despedida a muchas figuras conocidas de la prensa televisiva, escrita, así como a infinidad de amigos y familiares, y ex futbolistas.
Este viernes se procedió a las ceremonias judías durante el último adiós, ante el desconsuelo de la concurrencia, entre ellos Santo Biasatti, muy afectado con la situación.
Gendler murió el jueves en una clínica porteña a los 53 años tras batallar con una larga enfermedad. Padre de cuatro hijas, se encontraba internado desde hacía varios días en el Instituto Fleming, del barrio porteño de Belgrano, ya que se había agravado su cuadro en torno a un cáncer que padecía.
El periodista, que se inició y trabajó varios años en la agencia Noticias Argentinas (NA), se desempeñaba en los últimos tiempos en el canal Fox, tras un largo paso por Todo Noticias (TN) y Canal 13.
Profundo dolor
Desde el presidente Mauricio Macri hasta el titular de la AFA, Claudio Tapia, lo recordaron de diferentes maneras.
"Nos conocimos y convivimos con respeto y mucho afecto durante mis 12 años en Boca. Lo recuerdo como una persona muy positiva y un gran profesional. A su familia, mis condolencias", escribió el primer mandatario en una red social.
Este viernes resultó desgarrador observar la tristeza de todos quienes lo despidieron, con foco especial en su madre, Felisa, su esposa y sus hijas.
El rabino destacó sin embargo que con el tiempo volverá siempre en los mejores momentos, con el recuerdo de sus sonrisas y del amor por los suyos, que lo llevó a mantener en secreto la enfermedad contra la que venia luchando.