Educación -  Vinculación tecnológica

Jueves 16 de Mayo de 2019 - 08:38 hs

 Dos nuevas patentes fueron concedidas a la UNL

 Las invenciones pertenecen a desarrollos generados por dos equipos de investigación de la Facultad de Ingeniería Química de la UNL y   Conicet. Uno de ellos corresponde a "una composición protectora que controla el desarrollo de la microflora de superficies de quesos de   mediana y baja humedad" y la segunda se trata de “un proceso para la producción de biodiesel con alcohol en condiciones supercríticas”.  

El Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI) convalidó dos desarrollos tecnológicos novedosos, fruto del trabajo  llevado adelante por sendos equipos de investigación pertenecientes de  la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).

Uno de ellos corresponde a "Una composición protectora que controla el desarrollo de la microflora de superficies de quesos de mediana y baja humedad", cuyos inventores son Jorge Reinheimer, Carlos Meinardi, Viviana Suarez, Gustavo Tremmel, Oscar Dorbessan y Mauricio Rivera, docentes-investigadores de la FIQ e integrantes del Instituto de Lactología Industrial (INLAIN). Esta patente es de cotitularidad entre la UNL, el Conicet y la empresa Sudamfos S.A. La patente se concedió bajo el Nº AR084987B1.

La segunda patente se trata de “un proceso para la producción de biodiesel con alcohol en condiciones supercríticas”, a partir de materias primas de baja calidad, como aceites y grasas de descartes.  

Este desarrollo ha estado a cargo de Juan Carlos Yori, Débora Manuale,  Carlos Román Vera, Gerardo Carlos Torre, docentes de la Facultad de Ingeniería Química e integrantes del Grupo de Valorización de  Descartes Agroindustriales (GVDA) del Instituto de Investigaciones en  
Catálisis y Petroquímica (INCAPE) dependiente de UNL y Conicet. La patente se concedió bajo el Nº AR086782B1.

UTILIZACIÓN DE POLIFOSFATOS PARA CONTROLAR EL DESARROLLO DE MOHOS EN QUESOS

 Uno de los procesos patentados consiste en la utilización  de una solución de polifosfatos para controlar la microflora que  desarrolla en la superficie de quesos de mediana y larga maduración,  la cual está compuesta casi exclusivamente por mohos. Jorge  Reinheimer, uno de los responsables de la invención, investigador  superior del Conicet y docente de FIQ-UNL, destacó que “este  procedimiento es muy sencillo, eficiente y además, sumamente  económico, mucho más que el que se usa tradicionalmente en la  industria quesera. Otra de las ventajas es que se comprobó que las  características sensoriales de los quesos se mantienen inalteradas”.

Sudamfos S.A., empresa internacional con casa matriz en Holanda y  productora de fosfatos de uso alimentario, se acercó al INLAIN con la  
intención de realizar un estudio relacionado con la actividad  antimicrobiana de los fosfatos que ellos producían y comercializaban,  
con el propósito de agregar valor a sus productos. Con ese objetivo en  mente, el grupo de Microbiología del Instituto diagramó experiencias  orientadas a determinar la potencialidad de los distintos tipos de  fosfatos sobre una serie de grupos microbianos de interés en  
alimentos, principalmente por ser alterantes de los mismos. Los  resultados obtenidos de estos estudios in vitro fueron la base para la  
propuesta que derivó en la presentación de esta patente. Viviana  Suárez, otra de las responsables del proyecto, comentó que “luego de  
estudiar cómo cierto tipo de fosfatos inhibían mohos, comenzamos a  diagramar de qué manera utilizarlos en los quesos. Lo novedoso, por un  lado, fue la solución antimicrobiana, pero también la metodología de  aplicación”.

Uno de los puntos del proceso que más destacan los investigadores fue  la conexión fluida y constante con la industria. En ese sentido,  
Reinheimer expresó: “Este es un ejemplo importante de cómo estudios básicos permiten después pasar a la aplicación. Porque si nosotros no  hubiésemos hecho estos estudios en el laboratorio de microbiología, no  hubiésemos podido generar esta aplicación concreta en la industria de  alimentos”. Carlos Meinardi, otro de los miembros del equipo, también  aportó en esa misma línea: “Cuando uno está trabajando en  investigación se encuentran resultados, se piensa en una publicación y  podría pensarse que hasta ahí se llega como investigador. Lo  
interesante es que, como tenemos conexión con la industria, hubo gente  que nos desafió a llegar más allá de las publicaciones”.


BIODIESEL A PARTIR DE UN PROCESO NOVEDOSO

El proceso de obtención de biodiesel desarrollado por el Grupo de Valorización de Descartes Agroindustriales (FIQ-UNL –Conicet)  
comporta un alto valor de originalidad, que reside en “la utilización  de materias primas de baja calidad, como grasas y aceites, cuyas  
características las convierten en descartes y de menor precio, ya que  presentan elevada acidez y un contenido importante de agua”, destacó  
Yori. “Estas materias primas, que pueden provenir de la industria  frigorífica (grasas de descarte de la industrialización de carnes  
vacunas, porcinas y aviares) o de algunos cultivos particulares como  el algodón, etc. constituyen una variedad de aceites que requerirían  
un elevado grado de refino para ser aplicados en procedimientos  tradicionales, utilizados en las formulaciones de combustible diésel  
que se utilizan en nuestro país”, agregó. 

Asimismo, cabe destacar que, a diferencia de los métodos de obtención  de biodiesel actuales, éste procedimiento no genera subproductos (como la glicerina), que demanden al productor un tratamiento particular de efluentes, ocasionando con ello costos derivados. Por el contrario, al  procesar materias de baja calidad no se obtienen residuos, como tampoco requieren del uso de catalizador, lo cual es una ventaja  comparativa desde el punto de vista de los costos de producción. 


EL VALOR DE PATENTAR EN EL ÁMBITO PÚBLICO

Lograr la validación de una invención o desarrollo y obtener una nueva patente es siempre motivo de orgullo, y su valor es aún mayor cuando se enmarca en el ámbito de las instituciones  públicas, como lo son la UNL y el Conicet, ya que conlleva el valor de  
transferir procesos científico-tecnológicos para dar respuestas a  demandas del sistema socio-productivo, en muchos casos, relativos a  
problemáticas prioritarias para la región. En ese sentido, Yori  destacó la importancia de haber logrado un procedimiento de “un alto  
grado de originalidad y aplicabilidad”, que ofrece alternativas al problema de la producción de biocombustibles, muy demandado por la  
sociedad. Por su parte, “se trata de la culminación de mi trabajo de Tesis de Doctorado”, acotó Débora Manuale.  

Cabe destacar que las patentes son el producto de años de inversión en investigación y desarrollo e implica la protección de los derechos de  
propiedad intelectual que surgen de creaciones de los grupos de  docentes-investigadores de la UNL y el Conicet, que contribuyen con el  
conocimiento al medio.

La UNL, a través del Cetri- Litoral de la Secretaría de Vinculación y  Transferencia Tecnológica, junto a la Secretaría de Relaciones con el  
Medio de la Facultad, brinda a sus investigadores y docentes apoyo  durante todas las etapas del trámite para la protección de los  
resultados de sus investigaciones. Se inicia con un análisis de la  patentabilidad y posterior redacción de la patente en conjunto con los  
investigadores. Luego se gestiona íntegramente la presentación del  trámite y su seguimiento ante el Instituto Nacional de la Propiedad  
Industrial (INPI).  Una vez concedida la patente, el Área de Propiedad Intelectual también se encarga del mantenimiento de estos derechos  
durante el tiempo que están vigentes.

Fuente: Prensa UNL