Una Alemania en crisis y una Rusia en racha se cruzaron en el Red Bull Arena. El resultado, paradójicamente, fue todo lo contrario: 3-0. Los goles de Leroy Sané (8'), Niklas Süle (25') y Serge Gnabry (40') brindaron una alegría a la 'Mannschaft' a costa de la anfitriona del último Mundial.
Joachim Löw continuó con la renovación que ya inició en la derrota contra Francia (2-1) en la Nations League. En el once inicial sólo había dos jugadores de más de 25 años: Manuel Neuer (32) y Jonas Hector (28).
A nivel táctico, también hubo variantes sorprendentes como la presencia de Kehrer como carrilero derecho y, sobre todo, el arriesgadísimo doble pivote que formaron Joshua Kimmich y Kai Havertz. En Rusia, por su parte, debutaba el brasileño, nacionalizado, Ari.
Alemania resolvió en el primer tiempo. Abrió el marcador pronto, a los 8', con una rápida triangulación que resolvió Sané, a placer, tras un pase de la muerte de Gnabry. Es, curiosamente, el primer gol que marca el extremo del City, que se quedó fuera del Mundial, con su selección.
El 2-0 nació a la salida de un córner que botó magistralmente, desde la derecha, Kimmich. Peinó Rüdiger y marcó, en boca de gol, Süle. El joven central del Bayern, al igual que Sané, anotaba su primera diana con la 'Mannschaft'.
La cuanta la cerró, cómo no, otro joven: Gnabry. El extremo, criado en la cantera del Arsenal, recibió un gran pase al hueco del formidable Kai Havertz y resolvió sin que le temblara el pulso.
La victoria ante Rusia, sin embargo, no oculta el drama de Alemania en la Nations League. La 'Mannschaft' necesita que Holanda pierda con Francia y ganar a la 'Oranje'.