Un proyecto naciente con pantalones largos, y pretensiones mayúsculas. El Centro de ex Cadetes del LMGB encaró desde este año su segundo año de competencia. Una idea que surgió de Patricia Placidi hace aproximadamente cuatro años y que tomó impulso a partir del 2017 con su incorporación a los torneos de la ASH en Mamis y en el torneo Promocional. Primero fue únicamente con la divisional superior y a partir del 2018, se sumaron con Reserva y Séptima.
La iniciativa cuenta con el apoyo de las autoridades de la entidad que además, facilitan sus instalaciones para la práctica. Alrededor de 130 chicas de diferentes categorías concurren por semana a entrenar. Son alrededor de 30 en plantel Superior, una docena en Sexta, 15 en Sub-14 y cerca de 70 Infantiles. A ellas se les suman unas 24 mujeres que conforman el equipo de Mamis que tienen intenciones serias de progreso, que ya dignifican sus avances significativos en el certamen doméstico y que inclusive, afrontaron la temporada pasada su primer Nacional en Neuquén categoría Intermedia.
Es un grupo entregado por entero a este proyecto. Junto a Placidi, se complementa el staff de cuerpos técnicos con destacada trayectoria en distintos clubes. Rubén Pino como entrenador del Plantel Superior, Victoria Bernardi dirige a las Mamis, y Mariana Franco al frente de Sub-14. Junto a ellos, colaboran Anabella Baroni, Ariana Alarcón, Pilar Aleman, Victoria Mernes, y docentes del Liceo como Paulina Ceaglio y Paola Martínez que aportan desde su experiencia educativa promoviendo el trabajo en equipo y el esfuerzo para conseguir su propósito.
Sus objetivos de superación se denotaron con la incorporación de caballeritos a la disciplina. Son cerca de 12 que van desde los 17 a 30 años, al mando de Carlos Franco Todas sus divisionales realizan los entrenamientos de dos a tres veces por semana.
“Vislumbro un futuro promisorio para este grupo” – Rubén Pino, entrenador de CECLGMB
El actual orientador táctico sostuvo “Me gustó la propuesta, es un grupo nuevo que quiere y tiene ganas de aprender. Hay jugadoras de otros equipos que buscaban una nueva oportunidad en el deporte para jugar y dar más. El plantel principal lo integran algunas ex jugadoras de Cha Roga, otras ex Ateneo y de Universitario que traen un bagaje de experiencia. Hay otras que son propias de Liceo”.
Además consideró “Me encontré con un grupo reducido pero que fue cambiando desde que asumí. A medida que avanzó la temporada, se generó mayor competencia interna y siendo el plantel cada vez más numeroso. De 13 pasamos a ser alrededor de 30. Actualmente, realizamos nuestras prácticas en el Liceo, el otro estímulo es en la cancha de la ASH junto a la parte física”.
Sobre los objetivos afirmó que “El objetivo primordial es ampliar la base, completar todas las líneas a largo plazo. Hacer experiencia con el grupo en el torneo, generar en las jugadoras el interés por progresar y mejorar partido tras partido a medida que sumemos entrenamientos”.
El entrenador detalló su filosofía de juego. “Siempre busco la mayor concentración posible y analizo las características de jugadoras que entreno. A su vez, tengo en cuenta la calidad que el plantel reúne para desempeñar el sistema que uno pretende. Trato de formar un equipo ofensivo, con dominio o sin bocha. Eso implica no esperar y anticipar, avanzar, evitar que el rival juegue. Encontrar las herramientas estratégicas para cortar el circuito de juego e irme contra el arco”.
También detalló los avances que observó en sus dirigidas. “Todavía falta mucho trabajo para que ellas se conozcan entre sí en cuanto a sus características de juego: sus movimientos, posiciones, relevos, etc. Vislumbro un futuro promisorio para este grupo. Desde que comenzó la temporada, noté un progreso en lo humano y grupal. Todas cooperan siendo solidarias entre las propias jugadoras, hacia el entrenador y la comisión directiva. Siempre buscan la forma de apoyarse y solucionar cualquier inconveniente que aparezca. Espero que esto se mantenga siempre. Deseo consolidar y trabajar aún más esta base. Siempre tiene que haber algo que nos esté faltando para juntos resolverlo, ya sea grupal o de partido. Soy un entrenador que siempre estoy aprendiendo, en distintos aspectos de la vida. Eso se lo transmito a las chicas para valorar los éxitos y superar fracasos. Debemos mantener el respeto hacia el otro, el esfuerzo y sacrificio, el trabajo en común. La ilusión de seguir creciendo continuamente, donde siempre tengamos que aprender algo nuevo. Constantemente tiene que existir algo que nos motive, que nos desequilibre para volver a estabilizarnos, donde nos desborde para volver a encausarnos. Eso es bueno porque así nos indica que no hicimos todo y hay algo por realizar. La meta es siempre a nivel colectivo y no individual”.