Si hay alguien que suele superar sus bloopers con altura es Susana Giménez. El domingo pasado, mientras presentaba un “chivo”, la conductora subió a su escritorio a un pequeño perrito RusskiyToy, pero el cachorrito se sobreexcitó e hizo de las suyas.
El momento en el que se da cuenta de que le había dejado un regalito en el escritorio.
El primer inconveniente tuvo lugar cuando uno de sus asistentes se lo acercó. “¡Ay, qué divino! Pero tiene un olor”, se quejó la conductora, antes de darse cuenta de que el perrito le había dejado un regalito sobre el escritorio.
Minutos después, cuando Susana lo tenía en sus brazos, el cachorrito no pudo contenerse y orinó su vestido. “Ay, no, la tiene ahí. Ay, ay. No, me muero. ¡Con razón! Vengan, traigan alcohol”, reclamó de inmediato a su producción.
Uno de los Susanos se acercó para rescatarla y llevarse al perrito. “Nunca me imaginé esto. Yo sentía el olor, pero pensé que era tuyo”, chicaneó. “Bueno, no importa. ¡Es suerte, es suerte!”, esquivó, al tiempo que le advirtió a su asistente: “Cuidado, se mueve mucho. ¡Es escapista!”.