El partido entre el Radomiak Radom y Rozwój Katowice, por la segunda división de Polonia, fue testigo de un admirable hecho que ya da la vuelta al mundo. Resulta que un jugador del equipo local cayó en el campo de juego luego de hacer un movimiento brusco tratando de eludir a un rival.
Inmediatamente, el capitán del Rozwój Katowice ordena a sus jugadores que boten el balón. Cabe resaltar que el cotejo iba 1-0 a favor del Radomiak, y la jugada era un contragolpe muy peligroso para los visitantes.
Después de que atendieran al jugador lesionado, el Radomiak le devolvió el balón al portero. Lamentablemente este no midió bien, y el pelotazo terminó sobrándolo e ingresando al arco, convirtiéndose así en el 2-0 para los locales.
Con ese gol insólito, que optaron por no festejar ante el desconcierto de la jugada, y fue en ese momento cuando el entrenador llamó al capitán del equipo, el centrocampista Maciej Filipowicz, y le ordenó que se dejen convertir un gol.
Bajo una catarata de aplausos, el delantero del equipo visitante se dirigió hasta el arco rival para marcar el tanto sin presión alguna. Con la devolución de gentilezas el partido se puso 2-1. Finalmente los dueños de casa marcaron dos veces más y se impusieron por 4-1.