Lt 10

 En diálogo con LT10, Marcos Camino, líder de Los Palmeras, expresó que “más allá del dolor que nos causa la muerte de un amigo creo que la importancia que se le da a nivel nacional a esta desaparición física debe significar un orgullo como santafesino. Tenemos que darnos cuenta la importancia que tiene un cantante de la música autóctona nuestra. Los santafesinos no le damos la importancia que tiene la cumbia a nivel nacional e internacional. Siempre se ha discriminado a la cumbia”.

Además, Marcos Camino agregó que “Leo MAttioli fue el exponente más grande de nuestra cumbia. Él era muy importante porque la mayoría de los temas que grabó eran de su autoría. Este es un plus muy importante”.

Consultado sobre si es difícil vivir con la fama que tenía Leo Mattioli, el líder de Los Palmeras manifestó que “este trabajo genera mucho stress que no suele ser percibido por la gente. Recordemos que Leo se crió en un hogar humilde y solo terminó la escuela primaria. Luego vendió junto a su padrastro fuentones y baldes por la calle. Hasta que a los 20 años comenzó su carrera musical en el grupo Trinidad. Algunos años después, Marcelino Pandiani, un muchacho que también fue representante nuestro, lo impulsó a convertirse en solista”.

En este sentido, Marcos Camino sostuvo que “hay muchas situaciones desagradables que rodean la vida del artista. Hay juicios laborales, juicios con los empresarios, viajes sistemáticos. Esto hace que la vida se convierta en un pandemonio. En el medio de todo esto, nosotros tenemos que armar discos y componer canciones. Yo hablaba con él en su casa como si fuera su padre”.

Sobre los problemas de salud que tenía Leo Mattioli, el líder de Los Palmeras subrayó que “él era un rebelde. Todos lo queríamos bien. Él tenía un corazón muy grande. Era capaz de regalar un coche como si fuera un caramelo. Las personas que vienen de abajo son así. Yo siempre le aconsejaba que dejara el cigarrillo porque fumaba mucho. Él me dijo que en aquella oportunidad que no iba a dejar de fumar nunca porque a él le gustaba hacerlo y lo inspiraba para componer”.

Finalmente, Marcos Camino remarcó que “Leo Mattioli era muy selectivo con sus amistades. Él siempre decía que no le gustaba perder el tiempo con estúpidos. Él tenía muchos perros, era amantes de las armas, de los autos. Él era un tipo muy particular. Él no llevaba una vida ordenada. Él hacía lo que él quería. Su mujer lo dejaba volar, nunca lo reprimía”.