Luego de brillar en Perú y dejar en el camino a Alianza Lima, Independiente sufrió un golpe que lo bajó a tierra. El 3 a 0 que le propinó Boca el último domingo privó al Rojo de meterse en la zona de clasificación a la próxima Copa Libertadores, objetivo que tratará de conseguir en estas cuatro fechas que le quedan (debe el partido ante Defensa y Justicia, que se jugará el próximo domingo). "No le encontramos la vuelta al partido. Hay que dar vuelta la página y mirar para adelante. No nos cambia el rumbo en sí, nuestro objetivo es claro: clasificar a la Copa Libertadores. Estamos en camino y depende de nosotros". Y trató de no dramatizar la derrota ante el Xeneize: "Las cosas no suceden de un día para el otro, todo lleva tiempo. Si alguien espera que en dos o tres meses un equipo que se quedó sin técnico sea candidato a salir campeón, es muy difícil. Este equipo está en crecimiento, en desarrollo y tiene muchos jugadores jóvenes".
El ex Banfield y Boca, además, resaltó el año que viene teniendo el equipo, que de 15 partidos oficiales solamente perdió uno: "Venimos cumpliendo objetivos tras objetivos, nos clasificamos a las siguientes rondas de las dos copas, ganamos el clásico y depende de nosotros la clasificación a la Libertadores". Y con un objetivo por cumplir, se siente tranquilo ya que "se nota en el campo que trabajamos para mejorar".
Por último, terminó con la polémica de las patadas que sufrió Ezequiel Barco el último domingo y admitió: "Conozco a la gente, los jugadores y el técnico de Boca y son de buena fe. Ezequiel es muy difícil de marcar. Lo bueno es que los árbitros lo cuiden".