En un principio, todo fue silencio. Luego, fueron pasos. Después, aplausos. Y finalmente llegaría el grito más justo: el que exige Justicia.
Alrededor de las 20, en medio de una incesante garúa, comenzaron a acercarse a la Plaza 25 de Mayo las primeras personas. En menos de media hora ya había una multitud. Probablemente unos 5 mil vecinos de Santa Fe, que se reunían en ese espacio que les pertenece para manifestarse contra lo que no están dispuestos a seguir tolerando: la violencia, el femicidio y, fundamentalmente, la indolencia del Poder Judicial.
La convocatoria se había sellado en unas pocas horas, pero el resultado fue conmovedor. El mutismo inicial fue desgarrador. La vuelta por la Plaza, imponente. Ensordecedores los aplausos posteriores. Y pertinente cada grito, cada consigna de esa marea humana que culminó mirando de frente a esos Tribunales que tanto le adeudan.
“Ni una menos, vivas nos queremos”, se escuchó una y otra vez. También un cántico indignado y legítimamente desafiante: “Olé olé, olé oláaa… Olé olé, olé oláaa… Por Micaela, ni una más… Si no hay Justicia, ¡qué quilombo se va a armar!”.
Para las 21:30, la multitud se había desconcentrado por completo. Pero el grito más recurrente de la noche permanecerá en la Plaza.
“MICAELA… PRESENTE. Ahora… Y SIEMPRE”.