La edición 17 del Argentina Open de tenis, que consagró campeón hoy al ucraniano Alexandr Dolgopolov, fue la de menor cantidad de público en la historia del torneo, algo que llamó la atención porque sucedió cuatro meses después de haber conquistado la Copa Davis por única vez.
En ese contexto, según informó a Télam la organización del ATP porteño, durante toda la semana se vendieron 34.171 entradas, menos que la anterior peor edición en cuanto a concurrencia, que había sido la de 2002 con el país en una grave crisis social, política y económica, luego del Gobierno de la Alianza del ex presidente Fernando De la Rúa.
En esa ocasión se habían vendido 35.569 boletos, pese a que el momento del país era delicado. Así y todo fueron 1.400 tickets más que este año, siendo que el aficionado al tenis está 'dulce' tras la enorme conquista de la Davis en Zagreb, el 27 de noviembre pasado, tras haber superado en la final a Croacia por 3-2.
Claro que de los 'héroes' de Zagreb no dieron el presente. No estuvo Juan Martín Del Potro, capaz de llenar él solo un estadio. Los otros tres, Federico Delbonis, Guido Pella y Leonardo Mayer, fueron eliminados rápidamente, además de que ninguno de ellos es lo suficientemente carismático como para reventar las boleterías.
Así, el único argentino que levantó al público en la cancha central del Buenos Aires fue el "Gladiador" Carlos Berlocq, quien curiosamente no iba a jugar el torneo y debió solicitarle una invitación especial al director deportivo Martín Jaite, a través de las cámaras de TV.
El tenista de Chascomús, de gran actuación en la serie que Argentina perdió con Italia (3-2) en el Parque Sarmiento por la ronda inicial del Grupo Mundial de la Davis 2017, le pidió literalmente a Jaite que lo invitase, mientras lo entrevistaban para la televisión instantes después de su triunfo sobre el italiano Paolo Lorenzi que igualaba transitoriamente la serie con los peninsulares.
Es que Jaite se estaba por inclinar por el argentino Nicolás Kicker, el destinatario original del 'wild card'. Pero Berlocq aprovechó la ocasión para reclamarle el lugar, mientras era entrevistado, algo insólito pero que benefició al torneo porque fue el único que generó real interés.
Es que sin Rafael Nadal, o un legionario como David Nalbandian, Guillermo Coria o Gastón Gaudio, el torneo se quedó sin una figura convocante.
La calidad del japonés Kei Nishikori es indiscutible, aunque también lo es su nulo carisma. Tampoco convoca la actual versión del español David Ferrer en el ocaso de su carrera.
Fue así que Berlocq, sin el revés de Gaudio, la velocidad de Coria ni la clase de Nalbandian, vivió, entre la Davis y su acceso a las semifinales en el Buenos Aires, dos semanas de ensueño y sus dos últimos partidos fueron los únicos en los que el estadio lució repleto en sus 5.000 butacas.
Según informó a Télam la organización, el "Gladiador" vendió 1.600 boletos más el viernes por la noche ante el portugués Thiago Monteiro (en el expendio anticipado habían salido 2.900 entradas) y otros 1.900 en la 'semi' del sábado con Nishikori (3.000 en la previa, cuando no se sabía quiénes jugarían).
Lo de Berlocq fue increíble, ya que entró al torneo de última y fue figura. Además permitió vender una cantidad de entradas que -de lo contrario- hubieran dejado huecos indisimulables. Aunque la caída en semifinales del hombre de Chascomús impidió igualar la cifra más baja y así la actual edición fue la peor de todas, incluída la de 2002.
La nómina completa de entradas vendidas durante las 17 semanas que ocupó el torneo es la siguiente:
2001 - 48.348
2002 - 35.569
2003 - 50.399
2004 - 59.520
2005 - 58.719
2006 - 64.245
2007 - 64.525
2008 - 63.928
2009 - 56.104
2010 - 50.746
2011 - 52.634
2012 - 56.857
2013 - 45.616
2014 - 50.194
2015 - 49.873
2016 - 49.778
2017 - 34.171