Un joven de 18 años y su padre fueron detenidos ayer en Don Torcuato. Los dos están acusados del crimen de Fabricio Bermani, un soldado voluntario que fue asesinado de un tiro en la nuca Chajarí, Entre Ríos.
Brian Joel Escobar (18), quien también era soldado, y su padre, Antonio Escobar (59) fueron detenidos cuando circulaban en una camioneta blanca con patente falsa.
A Antonio Escobar lo buscaban desde 2013, por el asesinato de otro joven, Jonatan Cristian Toledo, ocurrido en Morón. Pero ese no es su único antecedente delictivo: tiene causas por asociación ilícita y por tenencia ilegítima de arma de fuego.
Fue integrante de la banda de Luis "El Gordo" Valor, que se dedicaba al asalto de bancos y camiones de caudales. Los investigadores creen que el fusil FAL, el chaleco antibalas y las municiones que le robaron a Bermani (22) después de asesinarlo, tenían como destino su utilización en hechos delictivos, probablemente en piratería del asfalto.
Los sospechosos habían sido buscados en Concordia, donde apareció la moto de Brian, y también en el norte bonaerense porque allí el padre tenía varios "aguantaderos" en los que se refugió todos estos años para escapar de la Justicia.
La orden de captura de los Escobar la libró el juzgado de Garantías 3 de Morón, a pedido del fiscal que investiga el crimen de Toledo.
Padre e hijo quedaron alojados en la División Homicidios de la PFA y a disposición tanto de la Justicia de Morón como de la de Entre Ríos, donde están acusados de "homicidio calificado y hurto calamitoso".
Bermani fue asesinado en la madrugada del 19 de junio, Día del Padre, cerca del Regimiento de Caballería de Tanques 7.
Según los peritajes, el joven fue obligado a acostarse boca abajo, con las manos extendidas hacia adelante, y luego fue ejecutado de un disparo en la nuca.
Una de las hipótesis que manejan los investigadores es que Brian, que era compañero de Bermani en el cuartel, lo engañó y lo llevó a un sector alejado del cuartel. Y que su padre le habría disparado con el solo fin de robarle.
La sospecha sobre los Escobar se inició luego de que varios testigos le dijeron a la Policía que horas antes del asesinato habían visto cerca del regimiento un auto Chevrolet Corsa gris de vidrios polarizados, ocupado por cuatro personas, que era propiedad de la madre del soldado Escobar.
También se tuvo en cuenta la pistola calibre 380, similar a la usada para rematar a Bermani, que exhibió ante sus camaradas el sospechoso meses antes del crimen y que, según algunos testimonios, intentó vender sin papeles antes de fugarse, a conocidos de la ciudad de Chajarí.
En la casa de los Escobar se encontraron 12 botones y un cierre quemado, similares con los de los chalecos antibalas como el que le robaron a Bermani cuando lo mataron.