En diálogo con LT10, Edgardo, dueño de la agencia de quiniela de Ituzaingó al 1900, expresó que “me llamaron a las 3 de la madrugada para avisarme que habían roto el blindex de mi agencia. La policía llegó rápido y encontró que el ladrón era un niño de 12 años (estaba encerrado en el baño). Había pasado por un agujero de 40 cm por 40 cm (se lastimó)”.
Además, Edgardo agregó que “el costo de este intento de robo es la vidriera. Estamos hablando de 2200 pesos. Esta es la tercera vez que me roban en tres décadas de trabajo”.