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Luego del fallo de la Corte sobre el derecho de un paciente a la “muerte digna”, se produjo un debate social sobre el caso y los consecuencias que genera.

En este sentido, el Dr. Pascual Pimpinella, director de las Oficinas Médico-Forenses, jefe del Cuerpo Médico Forense del Poder Judicial y titular de la Cátedra de \\'Medicina legal, social y laboral\\' de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNL, explicó lo que implica esta decisión y diferenció el concepto de “muerte digna” con el de “eutanasia”.

Pimpinella dijo que “estos temas comenzaron con la ley de donación de órganos porque se empieza a replantear esta cuestión de la muerte. La muerte empieza a tener otra trascendencia ya que gracias a la muerte se puede dar vida. Se empieza a conceptualizar el hecho de que existe otra muerte que es la muerte del cerebro, y esto hace que se permita la ablación de órganos”.

Asimismo, el médico señaló que “hay situaciones en la cual hay pacientes que están en un estado irreversible e incurable. Si está consciente puede hacer la voluntad anticipada: tener una muerte digna, que evolucione como naturalmente las cosas tienen que suceder solo aplicando cosas para el dolor. Ese es el concepto básico de la muerte digna. El problema se da cuando no tenemos conciencia”.

Pimpinella afirmó que esta situación, “no tiene nada que ver con la eutanasia que es una forma de provocar la muerte. Es un estado distinto y está penado en Argentina”.

“La voluntad anticipada debe estar expresada por la persona antes de que le ocurra algo. El problema es cuando no la expresó. Hay un punto de ciertos estados de enfermedades donde no está muerto todo el cerebro, hay un pedazo vivo que provoca que lata el corazón y genere los movimientos respiratorios. Estos cuadros llevan a un replanteo de la cosa. ¿Tiene sentido? ¿No es un ensañamiento terapéutico?”, explicó.

El médico forense sostuvo muchas veces se realizaba la llamada “Eutanasia encubierta”, donde los médicos tomaban la decisión por sus propios medios y en forma oculta. Entre la eutanasia y la muerte cerebral está la muerte digna”.

“A lo mejor lo que hoy es irreversible e incurable, mañana no lo es más. Va a ser un tema de permanente replanteo debido al avance científico-tecnológico”, finalizó.