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 Tal como se preveía, Sebastian Vettel llegó a una nueva consagración. El joven alemán, quien con un décimo puesto en Suzuka se garantizaba el bicampeonato, avanzó con un andar constante durante toda la carrera y alcanzó el tercer lugar para llegar así a un nuevo título.

A diferencia de la temporada anterior, donde se alzó con el título en la última carrera (Abu Dhabi), la de este año mostró un claro dominio de Sebastian Vettel. En la madrugada del sábado de Argentina había conseguido su 12ª pole position de la temporada en el Gran Premio de Japón, al superar por nueve milésimas el inglés Jenson Button (McLaren), el único piloto que llegó a la carrera con opciones matemáticas de impedir su segunda coronación consecutiva.

Justamente fue con una maniobra agresiva contra Button en el comienzo de la carrera que Vettel demostró que no llegaba para nada relajado. El alemán barrió la pista para impedir que el McLaren del inglés se le colara y no sólo logró su objetivo sino que además favoreció a Lewis Hamilton, quien se filtró en el segundo puesto.

Luego los vaivenes de la carrera, con una gran cantidad de detenciones en boxes, motivaron que Vettel entrara dentro de la misma lógica. Sin embargo, nunca bajó del décimo puesto que le daba la consagración.

Sobre el final, el alemán de Red Bull quedó tercero, detrás de Button y el español Fernando Alonso. Pero en lugar de buscar una nueva victoria decidió no arriesgar. Así llegó manso el final, con victoria del inglés y la consagración esperada de Vettel.

El alemán cosechó este año 9 triunfos: Australia, Malasia, Turquía, España (Cataluña y Valencia), Mónaco, Bélgica, Italia y Singapur. Esta vez, le alcanzó con mucho menos para festejar. Y demostrar que todavía tiene mucho para escribir en la historia de la Fórmula 1.