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"Una nueva estrategia de prevención del VIH es posible", la afirmación es una consigna del Programa Municipal de Prevención del Sida (Prevensida) de Venado Tuerto, que dirige el médico Miguel Pedrola, y que se puede leer en la cuenta "Tratamiento 2.0 – Venado Tuerto" de la red social Facebook.

Precisamente, refiere al denominado "Tratamiento 2.0", una estrategia de OPS y ONUSIDA –el programa de Naciones Unidas sobre esta problemática–, cuyo objetivo es facilitar y promover el acceso universal a la prevención, tratamiento, atención y apoyo a la comunidad, para el cual ese municipio del sur santafesino fue seleccionado a fines de 2010.

Ya a principios de 2011, inició un proyecto piloto –junto a la localidad jujeña de Alto Comedero los dos únicos puntos del hemisferio americano donde se llevó a cabo–, cuyos desarrollo y primeros resultados se pueden conocer en el documento "Tratamiento 2.0 Experiencia Venado Tuerto". Entre los avances se destacan la ampliación de la oferta de pruebas de VIH, gratuitas, voluntarias y con consejería; la distribución gratuita y la promoción del uso del preservativo; el seguimiento clínico y biológico de quienes ya viven con VIH y la capacitación en derechos humanos para grupos considerados de mayor riesgo y para personas con VIH.

Va de suyo destacar que Venado Tuerto es una de las ciudades que más ha trabajado en la lucha contra el sida. Prueba de ello es que desde hace casi dos décadas tiene un programa municipal sobre esta enfermedad, que se inscribe en el esfuerzo por garantizar a la población el pleno acceso a la salud.

Desde el Instituto del Paraná consideraron relevante proponer la lectura sobre el Tratamiento 2.0, ya que representa una política de Salud local con resultados positivos.

Al mismo tiempo, implica una toma de posición respecto al VIH, una epidemia cuya visibilidad publica –fundamentalmente a través de los medios– está muy relacionada a cuestiones eventuales como efemérides o la difusión de algún método de cura; pero recibe poca atención en lo que respecta al esfuerzo cotidiano para combatirla y la transmisión de hábitos preventivos que ello conlleva. De ahí que con este informe también pretendemos romper con esa modalidad y aportar a que las problemáticas vinculadas al VIH se sostengan en las agendas públicas, lógicamente con el debido cuidado que implica el manejo de la información.