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Más que Final de Partida, la obra que comparten Alfredo Alcón y Joaquín Furriel en el Teatro General San Martín, podría rebautizarse como "Suspensión de Partida".

Es que el Clásico de Samuel Beckett se postergó hasta nuevo aviso debido a los notorios problemas en las instalaciones. Precisamente fue Furriel quien con impotencia y cierto desdén expuso las actuales condiciones del Complejo Teatral.

"Acabamos de volver de lo que queda del Teatro San Martín. Nos encontramos con Joaquín Furriel, solo, gritando desde las escaleras del hall central, pidiendo disculpas al público con toda la bronca.

Tuvieron que suspender su función de esta noche junto a Alfredo Alcon debido a LA FALTA DE CALEFACCION EN LA SALA", explicó a modo de desahogo, alguien del público a través de su Facebook.

Los representantes artísticos de Alcón, ratificaban lo dicho. "La principal causa de la suspensión se debió a la falta de calefacción. En estas condiciones es difícil trabajar en la sala", explicó Alicia Vannelli a Diario Popular, a propósito de las bajas temperaturas del primer frío de invierno.

"Encima Alfredo arrastraba una dura gripe que unas semanas atrás lo obligó a hacer reposo. Aún no sabemos cuándo volverá a escena. Supongo que será cuando ya estén funcionando con normalidad. Sé que tenía muchas ganas de actuar y evitaba dejar a la gente afuera, pero las condiciones no ayudan".

¿Anda a no anda? Ese es el dilema

Precisamente desde el San Martín, se confirmaron los problemas de funcionamiento en cuestión, aunque aseguraron a este diario, que ya está resuelto. "La calefacción ya fue reparada, pero la determinación corrió por cuenta de Alcón, para que no incida en su salud", aseguraron.

Por el lado de Joaquín, el entusiasmo que había manifestado por el cierre de "Sos mi hombre", felicitando al elenco, duró menos de 24 horas. Después de exponer su malestar, el ex protagonista de Jesús El Heredero optó por masticar bronca en soledad. Paradojas del trabajo cotidiano, la falta de estufas en buen estado le hicieron levantar la temperatura al actor oriundo de Adrogué, a punto tal que el clásico de Final de Partida, quedó desdibujado frente a cuestiones más mundanas. La Sala Casacuberta fue todo frío y su destino, paradójicamente, un infierno.