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La diputada Griselda Tessio entregó el siguiente documento recordando el golpe de estado que derrocó al gobierno constitucional de Arturo Illia



El 28 de junio de 1966 un golpe de Estado terminaba con el Gobierno constitucional de Arturo Illia y quebrantaba nuevamente la frágil democracia que vivía nuestro país, diezmada por los poderosos intereses económicos.



Una gestión criticada desde los sectores dominantes que veían perjudicados intereses siempre propios y nunca ajenos, a través de medidas como la ley de medicamentos y un contexto político en constante ebullición, con un Plan de Lucha de la CGT y la aparición de la guerrilla en Salta, fueron generando un clima propicio para instalar la idea un gobierno inestable y débil.



Como ocurre en estos procesos pre-dictatoriales se insistió en una campaña de simple acción psicológica instalando la idea de un presidente “sin el consenso popular” y la necesidad de su derrocamiento, astutamente publicitada y difundida por los medios nacionales, por periodistas que, años más tarde probarían de su propia perversa medicina dictatorial.





Las conquistas de Illia como presidente de nuestro país, sus importantes medidas de gobierno, su compromiso con la democracia, su austeridad y valores éticos van a ser reconocidas mucho tiempo después, con la lectura que sólo la historia puede darnos a la luz de la verdad y la experiencia. El golpe del 66 por el contrario, va a ser la puerta de ingreso a la violencia y a una época cargada de muerte, represión y quebrantamiento de todas las garantías constitucionales.



La frase de Illia “Mi programa es cumplir estrictamente la Constitución de 1853”, no comprendida por muchos en ese contexto, tendrá en los años venideros una reivindicación más que elocuente.



Hagamos imperativo de nuestra conducta política la consigna de Don Arturo: “Sigamos a las ideas, no a los hombres.”