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La decisión está tomada, pero resta establecer a partir de qué fecha se implementará. Diferentes fuentes del sector coinciden en esa afirmación respecto a la iniciativa kirchnerista para que los jueces sean incluidos en el pago del Impuesto a las Ganancias. La Corte Suprema, más allá de las amenazas de paralizar el área de parte del gremio, tiene decidido avanzar en ese sentido y dejar sin efecto la acordada que firmó Julio Nazareno en 1996 y que exime del arancel a los empleados judiciales. De concretarse esa medida, los magistrados nacionales resignarán hasta un 25% de sus actuales salarios.
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El impacto en la recaudación fiscal no será tan alto, pero sí se va a notar en el bolsillo”, comentaron desde la Corte, que trabaja en el tema mucho antes de que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner instara a reformar el Poder Judicial, el 1º de marzo, en la apertura de sesiones legislativas. De acuerdo a datos obtenidos por El Cronista, las remuneraciones de los jueces oscilan entre los $ 25.000 y $ 50.000, aunque hay que considerar varios ítems clave.

Fuentes judiciales confirmaron que un juez de primera instancia percibe de sueldo bruto
$ 23.246, pero cuenta con un adicional por título y antigüedad que eleva esa suma de manera sideral. Por el diploma, hay que añadir un 25% al bruto, mientras que la antigüedad es variable, aunque en la Justicia nacional son mayoría los magistrados con larga carrera judicial. Un juez de Cámara, en tanto, cobra $ 29.612, mientras que un titular de Cámara de Casación y un miembro del Consejo de la Magistratura ganan $ 30.921 por mes. Los ministros de la Corte cobran cerca de $ 50.000.

Teniendo en cuenta que los jueces tributan un punto porcentual más que el resto de los empleados, es decir, el 18%, un eventual pago de Ganancias los hará ceder hasta un 25% de su sueldo neto. Según José Luis Ceteri, contador público consultado, un juez de primera instancia soltero deberá pagar $ 4.828,80 de impuesto, es decir un 20,2% del neto que cobra, sin tomar en cuenta la antigüedad en el cargo. Un juez casado resignará un 18,3% y uno casado y con dos hijos cederá el 16,4% de su salario.

Lo mismo sucede con los camaristas, que perderán un 23,43%, un 21,92% y un 20,4% respectivamente, según su estado civil y la cantidad de hijos que tienen. Los responsables de Casación, mientras, pagarán 23,92%, 22,47% y 21,02%, de acuerdo a los mismos parámetros. En el caso de los ministros de la Corte, el impacto es aún mayor, superando el 25%.

No bien se reflotó la posibilidad de que los empleados judiciales sean incluidos en el pago de Ganancias, desde el gremio del sector se manifestaron en contra, e incluso marcharon el jueves pasado a Tribunales bajo la consigna de “el salario no es ganancia”. En la Corte temen a una rebelión del sector, pero sienten la obligación moral de diferenciarse de aquella Corte de Nazareno, que obvió la ley 24.631 a través de la acordada 20/96. “Nos caracteriza el equilibrio, no como en aquella Corte de los ‘90”, es un comentario habitual entre los ministros.

Cómo implementar el pago del impuesto es la duda que tienen en el Poder Judicial, que cuenta con un presupuesto de $ 7.126 millones. El camino más viable sería incluir a todos los empleados judiciales en el “impuestazo” y después intentar equilibrar el sueldo con aumentos. La otra posibilidad es dejar al margen de una eventual medida a quienes ya forman parte de la estructura judicial y hacer pagar el arancel sólo a los ingresantes. Como contraparte, en la Corte intentarán consensuar con el Poder Ejecutivo para que los jueces, al jubilarse, perciban el 82% del sueldo total de su último cargo.