La prestigiosa revista británica The Economist preseleccionó a un grupo selecto de naciones para su distinción anual, evaluando no solo el desempeño económico, sino también la mejora institucional y política.
Argentina se posicionó como una de las principales finalistas tras la implementación del programa económico de Javier Milei, el cual fue destacado por haber evitado una crisis financiera mayor gracias a un “salvavidas” de 20.000 millones de dólares otorgado por Estados Unidos. Los resultados en la macroeconomía argentina fueron calificados como impresionantes por la publicación.
Dentro de los datos más relevantes que llevaron a la Argentina a la final, la revista remarcó el control del presupuesto y la apertura cambiaria: “La inflación cayó del 211% en 2023 a alrededor del 30% actual. La tasa de pobreza ha disminuido 21 puntos porcentuales desde el año pasado”.
A pesar de estos logros, The Economist advirtió sobre los riesgos de sostenibilidad, señalando que “Argentina aún podría fracasar. Los peronistas, que gobernaron mal el país durante generaciones, están ansiosos por volver si el señor Milei tropieza”. También mencionó como puntos negativos la intolerancia a la crítica y los escándalos de corrupción que rodearon al mandatario.
Otras naciones que integraron la lista de finalistas fueron Estados Unidos, reconocida por la mediación de Donald Trump en una tregua entre Israel y los palestinos, y Corea del Sur, que logró recuperarse de una grave amenaza a su sistema democrático.
Estos países fueron seleccionados bajo la premisa de que el galardón no busca premiar al lugar más rico o virtuoso, sino a aquel que mostró una mejora más notable en los últimos doce meses, independientemente de su punto de partida.
En el caso de las naciones de Oriente Próximo, el análisis destacó cambios sociales profundos tras periodos de conflicto. Se observó que el entretenimiento está permitido y que ya no existe la obligatoriedad de cubrirse para las mujeres, lo que fue considerado una serie de “sorpresas positivas”.
La revista puntualizó que en esta región “el miedo ya no es universal. La vida no es fácil, pero para la mayoría de la gente es más o menos normal”, un factor determinante para quienes evaluaron el impacto del fin de regímenes autoritarios.
Finalmente, tras un intenso debate interno entre sus corresponsales, The Economist reveló que el ganador del premio País del Año 2025 es Siria. La publicación fundamentó su elección en el retorno de tres millones de refugiados y el fin de la dictadura de la dinastía Al-Assad, concluyendo que “Siria en 2025 es mucho más feliz y pacífica de lo que era en 2024. Nuestra elección, por tanto, también es Siria”.