La natalidad cae de manera sostenida en Argentina y en gran parte del mundo. Según un estudio del Observatorio del Desarrollo Humano y la Vulnerabilidad de la Universidad Austral, basado en datos del INDEC, el país registra una baja del 40% desde 2014. Al mismo tiempo, los hogares sin niños crecieron hasta representar el 57% del total en el censo 2022, frente al 44% de 1991.
El fenómeno no es local: incluso países con alto bienestar, como Finlandia —considerado el “más feliz del mundo”—, atraviesan descensos marcados pese a otorgar incentivos, licencias extendidas y sistemas robustos de cuidado. En este marco, Rofman planteó que esta transición, además de desafíos, presenta oportunidades que pueden mejorar la gestión del Estado si se aprovechan a tiempo.
“La caída de la natalidad se debe a cosas que son muy buenas”, sostuvo al inicio de la entrevista y aclaró: “Entonces es difícil pensarlo como un problema en sí mismo”. Para él, el descenso es una consecuencia directa del desarrollo: “La fecundidad del mundo baja porque las sociedades se desarrollan, porque hay más cuidado y más inversión en los niños, porque hay más oportunidades para las mujeres, porque hay más educación”.
En materia educativa, Rofman advirtió que el impacto ya es evidente. “El año que viene vienen menos chicos”, señaló, y planteó que esta situación abre un margen de mejora sin aumentar el presupuesto. “El ministro de educación tiene una oportunidad enorme. Puede tener más escuelas de tiempo completo, más secciones con dos docentes en lugar de uno, o mandar docentes a un posgrado”. Aun así, aclaró que el efecto podría desaprovecharse si se decide simplemente “cerrar aulas o dejar que los docentes se queden tomando un café porque no tienen alumnos”.
El experto también analizó las consecuencias en el sistema previsional. “Vos no podés sostener un sistema de jubilaciones pensado en 1950 con la demografía del 2050”, afirmó. En ese sentido, marcó que la estructura actual está desordenada: “Argentina gastó mucha plata y paga jubilaciones malas”. Según detalló, más de 2 millones de personas menores de 60 años reciben beneficios previsionales, y más de un millón perciben más de un haber.
“El problema no es el envejecimiento del sistema previsional. El problema es que gastamos muy mal”, resumió.
El sistema de salud tampoco queda al margen. Rofman explicó que el país ya transita la transición epidemiológica, donde disminuyen las enfermedades infecciosas y aumentan las crónicas y degenerativas, mucho más caras de tratar. “Curar un sarampión es relativamente fácil; curar un cáncer es muchísimo más caro”, planteó. Por eso, insistió en la necesidad de eficiencia: “Argentina tiene un sistema de salud desordenado, fragmentado..., hay que ordenarlo para hacerlo más eficiente porque no tenemos margen”.
Por último, subrayó que cualquier reforma será políticamente compleja. “Cuando un político dice que habría que hacer algo al sistema previsional, inmediatamente lo acusan. Es un problema político serio”. Aun así, llamó a avanzar en debates de largo plazo: “No resuelven ningún problema del año que viene, pero resuelven problemas enormes de mediano y largo plazo”.
Principales causas del descenso de la natalidad
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Aumento del acceso a la educación.
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Incremento de oportunidades laborales para las mujeres.
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Elección consciente de tener menos hijos.
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Mejores condiciones de vida y desarrollo social.
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Mayor inversión por niño, lo que lleva a familias más pequeñas.
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Tendencia global que también se observa en países ricos con fuertes políticas de incentivo.
Lo positivo de la baja natalidad, según Rafael Rofman
Se produce por motivos asociados al progreso:
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Más educación.
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Más oportunidades para las mujeres.
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Mayor inversión y cuidado en la infancia.
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Desarrollo económico y social.
Genera oportunidades para mejorar sistemas públicos:
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Educación: Posibilidad de capacitar docentes, ampliar escuelas de jornada completa, mejorar calidad con menos alumnos.
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Salud: Necesidad de reorganización hacia enfermedades crónicas y sistemas más eficientes.
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Previsión social: Ordenamiento de regímenes y actualización gradual de edades jubilatorias.