La desaparición de Nahuel Gallo, gendarme argentino de 34 años, cumple un año sin que el régimen venezolano ofrezca respuestas. Desde su ingreso legal por el puente internacional de San Antonio del Táchira, quedó en manos del aparato represivo de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, acusado sin expediente judicial, sin defensa y sin comunicación con su familia.
El caso se enmarca en un escenario de crecientes tensiones diplomáticas y denuncias de organismos de derechos humanos por desapariciones forzadas y detenciones arbitrarias en Venezuela. A pesar de los reclamos formales de la Argentina y de entidades como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), no hubo avances concretos y el país caribeño continúa negando el acceso a observadores internacionales.
“Nahuel, a un año, es víctima de una desaparición forzada”, afirmó María Alejandra Gómez, su esposa, en diálogo con LT10. “Pese a que el Estado que se mantiene hoy en Venezuela culpó a Nahuel sin pruebas, nunca lo presentaron ante un tribunal, nunca le abrieron un expediente. Nahuel no tiene causas penales en Venezuela”.
Gómez describió que tampoco han podido escucharlo desde su detención. “A Nahuel no lo hemos escuchado, no sabemos de su boca cómo está, en qué condiciones se encuentra. Es una desaparición forzada y eso es un crimen de la humanidad”.
La familia logró reconstruir algunas certezas a partir de otros extranjeros liberados. “Sabemos que Nahuel se encuentra bien dentro de toda esta situación, está fuerte, tiene muchas esperanzas de querer salir”, contó. Según relató, un ciudadano francés recientemente excarcelado confirmó que el gendarme “estaba todavía en perfectas condiciones… pero obviamente está cansado, como cualquier ser humano que no merece estar viviendo esta situación”.
Sobre las razones de la detención, Gómez fue tajante: “A él lo detuvieron porque son unos criminales, eso es así”. Y agregó: “Nahuel ingresó con su pasaporte, está migratoriamente legal. Imagino que vieron la oportunidad de hacerle alguna presión al gobierno argentino por el conflicto diplomático”.
Respecto al rol del gobierno nacional, expresó: “El gobierno argentino ha hecho todo lo que está en sus manos a nivel diplomático sé que están trabajando y haciendo todo lo posible para que Nahuel llegue lo más pronto a Argentina”.
Gómez también se refirió al contexto político internacional. “Espero que esto sea un mensaje de algo que puede suceder y que vaya a llegar a suceder en Venezuela para la libertad de todos los inocentes”, dijo sobre el impacto del Premio Nobel otorgado a María Corina Machado.
El paso del tiempo incrementa el desgaste emocional. “Dios mío, no quiero que llegue el 8 porque es un año… ahora digo no quiero que llegue el 24. No quiero seguir sumando más días, no quiero seguir con esta angustia”, confesó. Y añadió: “Tengo que estar fuerte por Víctor, por Nahuel porque cuando Nahuel salga nos va a necesitar a todos”.
La familia mantiene la presión a través de organismos internacionales. “La denuncia ha estado elevada ante todos los departamentos: desapariciones forzadas, Grupo de Detenciones Arbitrarias de la ONU, la OEA, la Corte Penal Internacional”, enumeró. También recordó que la CIDH otorgó medidas cautelares en enero. “Sé que han mandado cartas a Maduro, a la vicepresidenta, a Diosdado Cabello, y nunca han recibido respuesta”.