Luego del sorteo del Mundial 2026, la Selección Argentina ya sabe que Argelia será uno de sus adversarios en el Grupo J, junto a Austria y Jordania. El conjunto africano llega a la cita con un recorrido sólido en las Eliminatorias y con figuras capaces de incomodar a cualquier rival, incluso a los grandes candidatos.
Posicionada en el puesto 35 del ranking FIFA, Argelia cumplió una clasificación sin sobresaltos: dominó con claridad su grupo en las Eliminatorias y terminó abrochando su boleto a la Copa del Mundo con un triunfo ante Somalia en octubre. De este modo disputará su quinto Mundial, un camino que incluye historias recordadas como la injusta eliminación en España 1982 y su punto más alto en Brasil 2014, donde llevó a Alemania al tiempo extra en los octavos de final.
El seleccionado es dirigido por Vladimir Petkovic, entrenador bosnio que llegó para renovar el proyecto tras la salida de Djamel Belmadi, el DT que conquistó la Copa Africana de Naciones pero no logró el objetivo de llevar al equipo a Qatar 2022. Petkovic imprimió rápidamente su sello, apostando por un 4-3-3 dinámico, con amplitud por las bandas y delanteros veloces.
La gran referencia de Argelia sigue siendo Riyad Mahrez, extremo de enorme trayectoria internacional. Con 34 años, aporta desequilibrio, experiencia y gol. Actualmente juega en Al-Ahli de Arabia Saudita, aunque su nombre quedó grabado en la Premier League por su participación en el Leicester campeón y su paso por el Manchester City de Pep Guardiola.
Entre los jugadores de mayor proyección se encuentra Mohamed El Amine Amoura, delantero del Wolfsburgo, explosivo por los costados y con gran capacidad definitoria. Su velocidad y agresividad en el último tercio lo convierten en una pieza clave de este renovado equipo argelino.
Con una mezcla de experiencia, talento individual y un funcionamiento claramente ofensivo, Argelia se perfila como un rival complejo para la Argentina en el inicio del camino mundialista. Un equipo que sabe competir y que llega con credenciales suficientes para exigir a cualquiera en la fase de grupos.