El Gran Premio de Brasil promete un fin de semana intenso en el mítico circuito de Interlagos, aunque el clima podría jugar un papel cambiante entre las distintas jornadas. Como está cantado, el argentino Franco Colapinto lo vivirá de manera especial por la cercanía y la cantidad de gente apoyando.
El viernes arrancará con la práctica y clasificación al sprint: el arranque de la acción se desarrollaría bajo condiciones secas, con temperaturas que oscilarán entre los 19 y 21 grados. La humedad será superior al 67%, pero las probabilidades de lluvia son de 30% para la práctica inicial y apenas 10% para la clasificación.
Pasando al sábado se dará el sprint y clasificación general: para la segunda jornada, el pronóstico se mantiene estable. Habrá solo un 20% de probabilidad de lloviznas, tanto durante la carrera al sprint como en la clasificación. Todo indica que ambas actividades se desarrollarán en condiciones secas y calurosas, con temperaturas cercanas a los 24-26 °C y una humedad elevada producto de la nubosidad.
Finalmente el domingo será momento de la carrera: podría traer la mayor incertidumbre, porque las previsiones apuntan a un 50% de chances de lluvia en el horario de la carrera, lo que podría alterar las estrategias de los equipos. Interlagos tiene antecedentes de competencias afectadas por el agua, por lo que no sería sorpresa si las nubes se abren durante la tarde. Aún así, se espera un ambiente húmedo y cálido, con unos 18 °C de temperatura y una humedad que rondará el 80%.
Con este escenario, los equipos deberán estar atentos a los cambios meteorológicos, especialmente el domingo, cuando el clima brasileño podría añadirle un condimento extra a un gran premio que, históricamente, nunca defrauda.