En el último tiempo, se dio un aumento de los ciberdelitos, que van cambiando de modalidad constantemente y readaptándose a los tiempos y las medidas de seguridad existentes.
Ahora sorprende la posibilidad de ser estafados a través del robo de datos biométricos, un hecho que no está tipificado como un delito autónomo en Argentina.
Esta semana, quedó en prisión preventiva un hombre de 30 años, cuyas iniciales son FLB, al que se investiga por haber abierto cuentas bancarias a nombre de dos personas a las que les generó perjuicios económicos por un total de 69.756.000 pesos. Las víctimas son padre e hijo, viven en San Justo e integran el entorno familiar del imputado, quien también es oriundo de esa ciudad.
Rodrigo Álvarez, especialista en Ciberseguridad y tecnólogo, explicó en LT10 que, sobre la falsificación de los datos biométricos, "si bien puede hacerse, no es tan simple; hay una manipulación por parte de una persona para obtener esta información".
Además, detalló: "Son datos sensibles y personales que se almacenan en bases de datos informáticas, y las entidades bancarias y financieras —principalmente las billeteras virtuales y las aplicaciones de 'home banking'— solicitan una validación mediante datos biométricos para ingresar o abrir una cuenta bancaria. Este es un mecanismo de agilización para no ir a las oficinas físicas".
Sobre la facilidad para falsificar los datos biométricos, Álvarez expresó: "No es tan simple. Se puede hacer, lógicamente, con herramientas de inteligencia artificial: generar, mediante una foto de muy buena calidad, los puntos característicos del rostro que definen la identidad, pero eso es solo un paso; después se necesita un video para generar los movimientos. Con herramientas sofisticadas se puede lograr, pero a nivel internacional. A nivel local, no se ha sabido de esto".