La Universidad Nacional del Litoral lleva adelante una investigación enfocada en mitigar el impacto del cambio climático y las inundaciones en la incidencia de la leptospirosis. El proyecto se centra en comparar las estrategias de prevención tradicionales versus un enfoque participativo y comunitario (donde son los mismos vecinos los que planifican, llevan a cabo, vigilan y evalúan estas acciones de prevención).
Para charlar sobre esto visitaron El quinto elemento las investigadoras Andrea Previtali y Tamara Beltramino, de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la UNL y CONICET.
Un problema de salud pública
La leptospirosis es una enfermedad que se transmite principalmente por el contacto con agua o suelos contaminados con la orina de roedores y otros mamíferos. La ubicación geográfica de Santa Fe, en las cuencas de los ríos Salado y Paraná, la hace vulnerable a desbordes e inundaciones, lo que genera un riesgo de brotes, especialmente después de eventos de lluvias abundantes. De hecho, Argentina ha sido catalogada como uno de los países de América Latina con mayor alerta por brotes, siendo las provincias de Santa Fe y Entre Ríos las que reportan anualmente el mayor número de casos y muertes.
La frecuencia e intensidad de los eventos climáticos extremos se están acentuando debido al cambio climático, lo que proyecta un incremento en el riesgo de epidemias de leptospirosis en los próximos años.
Equipo
El proyecto está coordinado por la Andrea Previtali (FHUC) y el Diego Mendicino (FBCB), e involucra a una red de grupos de investigación de tres Facultades de la UNL: Humanidades y Ciencias (FHUC), Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB), y Ciencias Médicas (FCM). El equipo incluye docentes, investigadores y estudiantes de biología, medicina, sociología, epidemiología y bioquímica justamente porque busca un abordaje integral bajo el concepto de "Una Salud" (relación íntima entre la salud humana, ambiental y animal).
Se espera que los resultados generen evidencia científica de calidad para los tomadores de decisiones, permitiendo una planificación más efectiva de recursos en prevención y atención de enfermedades zoonóticas, especialmente en las poblaciones más vulnerables de la región.